A principios del mes de marzo, mientras las mujeres conmemoraban sus luchas pasadas, un escándalo envolvió los pasillos de la Municipalidad cuencana. Allí, donde los adoquines cuentan historias y las sombras de la arquitectura colonial murmuran secretos de tiempos idos, funcionarios que habrían llegado durante la administración del alcalde Cristian Zamora, se vieron implicados en una denuncia por el delito de violación. Tres mujeres visitaron las instalaciones del Municipio, una de ellas en busca de trabajo en esta tierra pródiga pero implacable, solo para encontrar el horror y la traición a manos de aquellos en quienes confiaron.
Pero la corrupción se extiende como una plaga insaciable hasta las entrañas de las empresas que forman la corporación municipal. La Empresa Pública de Movilidad de Cuenca (EMOV), otrora emblema de honestidad y transparencia en nuestra ciudad, se vio envuelta en un escándalo dado en un contrato recurrente de alquiler de grúas, que escondían sobornos y en la que los favores ilícitos eran moneda corriente. Los audios que circularon por todos los rincones de la ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, desnudaban la podredumbre que nos ha alcanzado.
No se hicieron esperar las declaraciones del alcalde Zamora quien desmintió que en su administración se hayan iniciado estos casos de corrupción y con su narrativa trató de voltear el escándalo denunciándolo y “dando las facilidades para que se investigue”. Así hubo allanamientos y un detenido. Sinceramente no creo que sea de los peces gordos, pero ahí está por ahora una persona tras las rejas.
Y mientras estos males carcomen los pilares de nuestra sociedad local, una mancha aún más oscura tiñe a la Ciudad de los Cuatro Ríos. Desde los altos cielos del poder nacional, el hijo de la vicepresidenta, Verónica Abad, se ve envuelto en un escándalo de tráfico de influencias. El 21 de marzo la ciudad despertó con nuevo gobernador y un allanamiento realizado por la Fiscalía.
Según el denunciante Romel P., mantuvo una reunión con el hijo de la vicepresidenta Sebastián B. y Daniel R. quienes le habían pedido el famoso diezmo de su sueldo, por el puesto de coordinador de Comunicación en la Vicepresidencia. Su sueldo supuestamente era de $3.200 mensuales y debía entregar $1.700, incluso habría firmado una letra de cambio para garantizar dicho pago mensual, actualmente Sebastián B. está en una de las prisiones más peligrosas del país, La Roca, de Daniel R. no se tiene noticias.
La vicepresidenta cuencana, conocida por las tensiones que ha mantenido con el presidente de la República, Daniel Noboa, ha realizado una intervención desde su ‘exilio’ en Israel, ordenado por el propio Presidente, manifestando que es Alias “Fito” el que debería estar en la cárcel La Roca y no su hijo, aduciendo que todo es político. Se sabe también, que Abad mantuvo reuniones con el presidente del partido de ultraderecha VOX, propietarios de un influyente medio de comunicación de España “El Debate”. Curiosamente, el mismo día del allanamiento y la detención de su hijo, este medio de comunicación publicó una noticia sobre el presidente ecuatoriano.
Así se conoció de un supuesto incidente en el que se le acusaba al Primer Mandatario de haberse ido de farra y, en estado de embriaguez, haber lanzado billetes en un distinguido restaurante de la capital española, después de una reunión con el Rey Felipe VI. La coincidencia en el tiempo de ambos sucesos sugiere una posible estrategia de la vicepresidenta para desviar la atención de las acusaciones que recaen sobre su familia y restar popularidad a Noboa.
Por otro lado, la dureza de las acciones desde el Ejecutivo al enviar a Sebastián B. a La Roca, hace pensar en un posible desenlace en el cual la vicepresidenta Abad deba renunciar antes de que, por efecto de las elecciones presidenciales del 2025, el presidente Noboa, se vea obligado a encargarle su puesto.
Es hora de que los hijos e hijas de esta tierra milenaria, se alcen en defensa de su legado ancestral. Que la luz de la verdad y la integridad ilumine nuestros corazones y nos guíe en esta lucha por restaurar el esplendor de nuestra amada Cuenca. Que estos hechos puntuales de la corrupción y la mediocridad sean solo páginas oscuras en el libro de nuestra historia, y que el espíritu indomable de nuestros antepasados cañaris nos inspire a construir un futuro donde la honestidad y la excelencia brillen, como siempre lo fue.
Cuenca de Guapondelig, marzo de 2024.