En 2009 el expresidente Rafael Correa, aseguró que Ecuador se convertiría en una potencia gasífera regional y, según sus cálculos, el golfo de Guayaquil tenía tanto gas, no solo para cambiar la matriz energética, sino para exportar. Incurrió entonces en gastos superiores a los USD 1000 millones en extracción, generación eléctrica y una planta de licuefacción, tres proyectos marcados por el despilfarro y la corrupción. En medio de esta historia, empresas privadas, unas de papel y otras piratas, han hecho el negocio del siglo, mientras al Ecuador le queda una multimillonaria factura que se hunde en el Golfo. En 2015 Fernando Villavicencio publicó una investigación y pidió a la Contraloría un examen especial, en 2017 el organismo de control emitió una glosa por 80 millones de dólares, por la ilegal indemnización a la multinacional EDC, en contra de los principales líderes del correísmo. Hoy La Fuente actualiza este nuevo capítulo de saqueo correista.