Redacción Periodismo de Investigación19 octubre, 202017min
Nada pinta bien al interior del Centro de Inteligencia Estratégica, CIES. Todo tiene cara de perro y no es para menos: existe evidencia de como esa entidad levantó un sistema de seguimiento, interceptación y acoso a opositores no desde una oficina estatal, no desde la fiscalía o la propia policía nacional sino desde una cárcel, al estilo de la delincuencia mas baja, que amenaza telefónicamente a sus víctimas desde las prisiones. El gobierno actual constituyó un sistema sin fronteras, que une historias desde el Centro de Detención Provisional de Quito, desarrolladores de software en Paquistán y una granja de trolls en Venezuela con un mismo hilo conductor: Paul Ceglia.