Por ello, diversas organizaciones, agrupadas en la iniciativa Mareas Vivas han decidido emprender la tarea de proteger las olas y rompientes a través de una iniciativa popular ciudadana, a fin de crear la Ley de Protección de Olas y Rompientes Marinas de Ecuador.
Inés Manzano, abogada, especialista en Derecho Ambiental y una de las voceras de la iniciativa Mareas Vivas, en diálogo con La Fuente-Periodismo de Investigación, comenta que cuando se habla del océano en términos legales se refiere a la pesca regulada, ilegal y no documentada; sin embargo, las olas no están identificadas en ningún cuerpo de ley en el país, es por eso que surge esta iniciativa ciudadana como un aporte legislativo.
Para hacer realidad esta ley, se necesita recolectar 50 mil firmas en físico hasta el 4 de mayo de 2024, por lo cual ya se ha iniciado una campaña de recolección a nivel nacional. Los organizadores hacen un llamado de apoyo a la ciudadanía ya que esta normativa permitiría:
- Regular proyectos de desarrollo costero, como construcciones de muelles y malecones,
- Preservar la integridad de los fondos marinos
- Asegurar la protección de áreas que albergan ecosistemas marinos importantes.
Una iniciativa poderosa que une a la comunidad
Actualmente cuentan con 80 puntos de recolección de firmas en todo el país, incluso en la Sierra, pues es un tema que involucra a todos, comenta Manzano. Los interesados en apoyar la iniciativa, a través del sitio web mareasvivas.ec pueden encontrar puntos de recolección de firmas cercanos o incluso registrarse como punto de acopio.
La iniciativa va tomando fuerza. Muchos surfistas, que a la vez son moradores de las playas, destacan la importancia de proteger este ecosistema.
Mario Ricaurte, surfista y residente de Ayampe, afirma que las olas le permiten disfrutar de este deporte que trae muchos beneficios a su salud pues está directamente conjugado con la naturaleza, te da mucha tranquilidad, te llena de energía, te alimenta el alma, te ayuda a ser mejor persona. Por eso resalta la importancia de colaborar positivamente a esta iniciativa para prevenir construcciones que a veces no tienen el estudio correcto y que podrían afectar negativamente las olas de estos lugares paradisíacos que necesitan ser conservados.
Mientras tanto, Manzano recuerda que todo empezó en 2021, cuando en Playas, provincia del Guayas, se iba a hacer la construcción de un espigón para un club, que ponía en riesgo la integridad de la playa. Este hecho generó alerta, tanto en los surfistas como en los amantes de la naturaleza, quienes se movilizaron e informaron a las autoridades lo que se planeaba hacer. Así ejercieron la presión necesaria para que no se diera tal construcción.
La experta ambiental comenta que en Ecuador existe un historial con respecto a estas construcciones al que hay que ponerle atención: por ejemplo en 1947 se inauguró el Yatch Club de Salinas, un club náutico cuyos muelles y estructuras crecieron sin estudios. Lo que pasó es que esta construcción frenaba la ola, lo que hizo que se vaya socavando el fondo marino de la playa, que se encuentra frente a la Capitanía del Puerto de Salinas. Esta entidad, irónicamente es la en ese tiempo daba permisos en zonas de playa y bahía.
El resultado de no controlar este tipo de construcciones es, por ejemplo, que cuando hay oleaje fuerte, al no haber más arena, toda la conchilla se va al malecón y sus alrededores. Al mismo tiempo, las olas se comportan diferente dependiendo de su plataforma marina. En este caso, como en el fondo no hay una arena adecuada, la ola revienta más fuerte y cerca de la infraestructura del Malecón de Salinas.
Manzano asegura que en toda la zona costera se pueden encontrar más casos, como el de Punta Barandúa, en Santa Elena, donde también decidieron construir un club náutico. En ese caso, se hizo el estudio de batimetría (cartografía del fondo de cuerpos de agua), pero no lo cumplieron a cabalidad, pues decidieron hacer 118 metros menos que los aprobados, causando que se azolve (tapone) de un lado, impactando en la infraestructura de casas.
A pesar de todo, recalca que esta iniciativa no está en contra de las construcciones de muelles de pesca o velerismo, sin embargo, sí se oponen a que se haga caso omiso a los estudios de batimetría e impacto ambiental.
A pesar de este panorama, en el que no ha existido una adecuada responsabilidad ambiental, también existe un potencial realmente positivo. Las olas del Ecuador son un atractivo turístico que al explotarse correctamente podría generar mucha riqueza, a través del surf (deporte acuático que consiste en montar olas con una tabla). Las playas de Ecuador cuentan con una temperatura ideal del agua y también, a diferencia de otros lugares en el mundo, hay olas casi todos los días del año.
Tanto es el aprecio de los surfistas por las olas alrededor del mundo, que estas reciben nombres propios por el lugar donde nacen, su tamaño o diversas características. Así,hay olas famosas como Teahupoo, Maverick, Pipeline, Chicama y muchas más. El amor por este deporte también ha ido incrementando la conciencia sobre los problemas de contaminación por plásticos en el océano y las acciones para protegerlo.
Para Camilo Suárez, surfista y residente de Ayampe, la importancia del mar se potencia por varios factores al ser alimento de las familias de la zona, motor turístico del país y Ayampe específicamente se beneficia de las corrientes marinas que hacen este lugar único en su naturaleza. Apoya la inciativa pues es extremadamente bueno ser conscientes a tiempo de los cambios que puede haber con respecto al mar y a la ecología dice.
Son incontables los beneficios que traen las olas a la vida, además de los antes mencionados, permiten la generación de energía mareomotriz, la cual es constante, innovadora y sostenible en términos ambientales. Otra faceta del servicio ambiental de las olas es su impacto terapéutico al contemplarlas y escucharlas, que parece algo tan sencillo, pero tan poderoso al mismo tiempo.
Por estas y más razones, Mareas Vivas tiene un motor importantísimo, que para Inés Manzano es el compromiso de hacer las cosas bien. Han tocado muchas puertas y con satisfacción comenta que instituciones como el INOCAR (Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada) son aliados que comparten y aprueban la iniciativa. Han hecho acercamientos con el Comité Interinstitucional del Mar y dice que aunque el Ministerio del Ambiente ha sido el que más se ha tardado, Mareas Vivas no pierde este motor que los mantiene optimistas.
Con agrado cuenta que el ministro de Turismo, Niels Olsen, ha sido colaborativo y comprende sus causas. También que la Secretaría Nacional de Riesgos ha sido muy técnica en sus respaldos y que incluso han buscado incluir al Ministerio del Deporte, ya que consideran necesario involucrar a la mayor diversidad de actores que evidencien el impacto que genera la protección de las olas.
Espera también que se involucren y regulen a los GAD (Gobiernos Autónomos Descentralizados) pues asegura que muchas veces conceden autorizaciones en lugares donde es peligroso construir. Comenta que hay casos en los que han autorizado construir en zonas de tsunami, lo cual es muy riesgoso.
¿Qué dice la propuesta de ley?
Con respecto al proyecto de ley, ante la pregunta de si el texto normativo ya está definido, responde que cuando se hace este tipo de proyectos, con todo lo que abarcan, es muy probable que hayan aún buenas sugerencias, y que este se siga construyendo y puliendo. Sin embargo, el glosario, el objetivo y las figuras de protección han sido socializadas y son la estructura de la iniciativa.
Las figuras novedosas de protección son: las zonas de preservación de olas y las zonas adyacentes a la preservación de olas que comprenden 1km a la redonda. También buscan generar un registro nacional de olas protegidas y sus rompientes.
A través de la normativa esperan crear un espacio legal para proteger la diversidad marina, que genere visibilización del cambio climático, para que se tome conciencia de los 700 km de costa que le pertenecen al Ecuador que necesitan ser cuidados por todos. Además que se necesita más que nunca buenos funcionarios que aborden temas climáticos técnicamente y entreguen información de riesgo, para preservar las olas.
Mareas Vivas es una iniciativa que inspira y que claramente demuestra que el compromiso por el medio ambiente necesita involucrarnos a todos. Ecuador, junto a otros países como Chile, Perú, México y Panamá, se han unido a estos esfuerzos para garantizar la conservación de este importante recurso.
Como Mareas Vivas dice: ayudando en esta causa podemos garantizar que las siguientes generaciones puedan disfrutar de las mismas olas y ecosistemas marinos, que son indispensables para salvaguardar la vida en todo el planeta.
¿Y qué puedes hacer tú como ciudadano?
Para unirte a este esfuerzo, puedes ayudar recogiendo firmas para impulsar en la Asamblea Nacional la creación de una Ley que proteja, regule y controle las actividades en los ecosistemas marinos-costeros que consideren las olas y sus rompientes.
Tienes dos opciones disponibles:
- Dirígete al punto de recolección de firmas más cercano y añade tu firma.
- Descarga el formulario, obtén firmas entre tus amigos y familiares, y luego entrégalo en cualquiera de nuestros puntos de recolección.
Nota importante: las firmas deben ser de ecuatorianos o residentes a partir de 16 años de edad y de preferencia se debe firmar en color azul.
Descarga aquí el formulario