Julian Assange lleva seis años refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres. Durante ese tiempo, UC Global Security Consulting, la empresa española contratada por la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain) para brindarle seguridad y vigilancia, registró todos sus movimientos.
La firma española elaboró todo tipo de reportes sobre Julian Assange, sobre las incidencias que tendría en la Embajada, de sus cambios repentinos de humor, de sus malos comportamientos y sus, a veces desconcertantes, costumbres (suele no ducharse con frecuencia aunque usa un spray para su aseo, camina descalzo y en calzoncillos por la embajada, anda en patineta o juega con una pelota de fútbol); de sus actividades como líder de WikiLeaks y de las visitas que ha recibido en la embajada.
Hablar con Assange no es fácil, para ello hay que pasar protocolos impuestos por la Embajada y por el mismo Assange. Cada vez que alguien deseaba verlo, el equipo de seguridad le consultaba. Si él aprobaba la visita, la persona podía ingresar, para luego pasar por un filtro de seguridad y dejar su pasaporte con el personal.
En los reportes de las visitas los agentes registran la fecha, el nombre, el número de pasaporte, nacionalidad, hora de llegada y salida del visitante y el motivo de la reunión. En esta última se marcaron como “reunión social”, “médico”, “legal”, “VIP”.
Este medio tuvo acceso a las listas de visitantes de los años 2015, 2016, 2017 y 2018 y detalla cuáles fueron las visitas más enigmáticas. En un trabajo anterior publicado en conjunto con The Guardian, revelamos una parte de esas polémicas visitas. Estos datos son de especial interés para las agencias de inteligencia de Estados Unidos, que esperan encontrar, en la gente que lo visita, alguna pista que revele cómo opera WikiLeaks.
La situación de Assange es compleja, a pesar de que Suecia cerró la causa de delito sexual que seguía en su contra, está latente la posibilidad de que si Assange deja la embajada ecuatoriana podría ser extraditado a Estados Unidos para ser juzgado por divulgación de secretos de estado.
Los problemas de Assange con Estados Unidos empezaron en 2010, cuando publicó el video “asesinato colateral”, en el que mostraba a soldados estadounidenses disparando a civiles en Irak. A esas filtraciones le siguieron otras, como los cerca de 90.000 documentos clasificados del Pentágono sobre la guerra de Afganistán, información clasificada sobre la guerra de Irak, terroristas capturados en Guantánamo, Cuba; revelaciones sobre espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos a figuras de la política mundial.
Sin embargo, la tensa relación con el país norteamericano alcanzó su punto más crítico cuando divulgó los correos del Partido Demócrata, hecho que fue clave para la derrota de Hillary Clinton, según las agencias de inteligencia estadounidenses. En abril de este año, el Comité Nacional Demócrata presentó una demanda contra la campaña de Donald Trump, el Kremlin y WikiLeaks por complot para beneficiar a Trump y perjudicar a Clinton.
Para los organismos de inteligencia de USA no hay duda que fueron los rusos quienes hackearon las cuentas de email del Partido Demócrata, lo que aún está en investigación es quien entregó el material a Assange. Al respecto se barajan varios nombres, desde Nigel Farage, Paúl Manafort y su amiga Natalia Veselnitskaya y periodistas rusos de (RT).
Una fuente interna de la embajada de Ecuador no descarta que el mensajero entre el hacker y el mundo exterior podría ser un propio funcionario de la sede diplomática, el amigo de confianza de Assange, el ex cónsul Fidel Narváez, quien fue el enlace en la preparación del asilo político y en la elaboración del salvoconducto para Edward Snowden.
Waldman, el contacto de Assange con EE.UU
Consciente de su situación y de la incomodidad que ha significado para Ecuador mantenerlo en la embajada (el presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, lo ha llamado «huésped incómodo» y un «problema heredado»); Julian Assange se ha reunido con personas cercanas a la administración del presidente Donald Trump y a los organismos de justicia, para negociar acuerdos que le permitiesen abandonar la embajada. Con este propósito buscó al abogado norteamericano Adam Waldman.
El año pasado, Waldman se reunió nueve veces con Assange. Waldman es también lobista del multimillonario ruso, Oleg Deripaska, a quién Estados Unidos sancionó económica y financieramente, en abril de este año, por interferir en las elecciones de 2016.
Deripaska, que forma parte del círculo de confianza de empresarios cercanos al presidente ruso Vladimir Putin, está siendo investigado por el fiscal especial Robert Mueller, pues jugó “un papel clave” en las actividades que influyeron en las pasadas elecciones.
¿Cómo lo hizo? La respuesta podría estar en su conexión con Paúl Manafort, ex jefe de campaña de Donald Trump. Según revelaciones de la inteligencia norteamericana, Manafort habría estado dispuesto a compartir información confidencial con Deripaska, sobre las elecciones de 2016, antes de que Trump aceptara ser el candidato oficial del Partido Republicano.
Manafort visitó en mayo de 2017 al presidente Lenín Moreno a quien ofreció invertir $30 mil millones en la privatización de las telecomunicaciones, la electricidad y la banca pública, a través de recursos chinos. Una fuente oficial consultada no descartó que hayan abordado el tema Assange.
The Washington Post señala que la relación entre Manafort y Deripaska empezó en 2000, cuando el ruso aceptó financiar proyectos que Manafort tenía en Ucrania. En retribución, Deripaska tuvo acceso al senador John McCain y otros políticos de alto perfil.
En enero de este año, Deripaska demandó a Manafort por “desaparecer” los $ 18.9 millones que le entregó para invertir en una fallida empresa ucraniana. Paúl Manafort también figura dentro de la trama de la injerencia rusa en las elecciones.
El 9 de junio de 2016, el hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr, Jared Kushner, su yerno y Manafort, entonces jefe de campaña, se reunieron con la abogada rusa Natalia Veselnitskaya, relacionada con el Kremlin, según las agencias de inteligencia de Estados Unidos. La abogada les prometió facilitar información en contra de Hillary Clinton. Es posible que en sus encuentros, Waldman y Assange, hayan hablado sobre los vínculos del hacker con Rusia y las intenciones que tenía el líder de WikiLeaks de negociar con Estados Unidos un acuerdo de inmunidad temporal.
El diario The Hill señala que todo empezó en enero de 2017 cuando el equipo legal de Assange se acercó a Waldman, conocido por sus conexiones con el Gobierno, con el fin de que este pudiese encontrar, dentro de la administración de Trump, a las personas adecuadas con las que Assange pudiese negociar y llegar a acuerdos. Para esas fechas, el gobierno de EE. UU sabía que el australiano tenía información confidencial de la CIA. Los funcionarios estaban conscientes de que cualquier acercamiento al pensamiento o las intenciones de Assange; cualquier oportunidad de evitar la difusión de información confidencial sobre la CIA (como las listas del personal de la CIA que trabaja en “jurisdicciones hostiles”); “era de interés nacional” y valía la pena tomarla”.
Estos hechos concuerdan con el registro de las tres visitas que Waldman hizo, los días 12, 13 y 27 de enero, a la embajada ecuatoriana en Londres. En el siguiente enlace se pueden apreciar todas las visitas registradas en la Embajada.
La gestión de Waldman parecía estar dando frutos, The Hill señala que hubo un primer borrador de un acuerdo de inmunidad limitado que el Departamento de Justicia podría haber considerado para Assange.
Tira y afloja entre Assange y EE.UU
Sin embargo, en medio de las negociaciones y de los cuestionamientos de WikiLeaks sobre las intenciones de Estados Unidos, el 7 de marzo de 2017, Assange divulgó un lote de 9.000 documentos sobre la CIA, que describían cómo operaba éste organismo en materia de espionaje informático. Esta filtración provocó una rápida respuesta: “una oferta informal, conocida en la jerga del gobierno como una propuesta de «Reina por un día», en la que Assange identificó lo que quería y lo que podría ofrecer”, señala The Hill.
«Sujeto a protecciones adecuadas y vinculantes, que incluyen, pero no se limitan a una inmunidad aceptable y un acuerdo de tránsito seguro, el Sr. Assange celebra la oportunidad de discutir con el gobierno de los EE. UU. Los enfoques de mitigación de riesgos relacionados con los documentos de la CIA en posesión o control de WikiLeaks, como en la redacción del personal de la agencia en jurisdicciones hostiles y el riesgo de espionaje extranjero para el personal de WikiLeaks«, escribió Waldman a un funcionario del Departamento de Justicia, el 28 de marzo de 2017, según reseña The Hill. Ese día, según las listas de visitantes de UC Global, Waldman estaba con Assange en la embajada en Londres.
Al final, no todos pudieron ponerse de acuerdo y el senador Mark Warner le pidió a Waldman que suspenda las conversaciones con Assange: “me dijo que acababa de hablar con Comey y que, aunque el gobierno apreciaba mis esfuerzos, mis instrucciones eran que se retiraran, que terminaran las conversaciones con Assange”, resume The Hill. El 7 de abril de 2017, Assange volvió a filtrar documentos sobre la CIA con detalles de los programas maliciosos que la agencia de inteligencia utilizaba para el espionaje. Por esos días, el 1, 6 y 7 de abril, Waldman visitó a Julian Assange en Londres.
Esta segunda filtración sobre la CIA provocó la ira del gobierno estadounidense que automáticamente se retiró de las negociaciones. La última vez que Waldman visitó al australiano fue el 24 y 25 de noviembre de 2017, según los registros de UC Global.
Amigo personal de Trump visita a Assange
A inicios de enero recibió la visita de Sean Hannity, amigo personal de Donald Trump y presentador estrella de la conservadora cadena de televisión Fox News. “En ocasiones es difícil saber dónde empieza Donald Trump y termina Sean Hannity”, dice El País, refiriéndose al sincretismo entre ambos que, en ocasiones les ha llevado a coincidir en sus opiniones públicas, a veces, usando las misma palabras, como llamar “caza de brujas” a la investigación que la inteligencia de Estados Unidos lleva adelante sobre la injerencia rusa en las pasadas elecciones.
Trump y Hannity son conocidos por alimentar rumores e inventar historias, ellos impulsaron el rumor de que Barack Obama no nació en Estados Unidos. Hannity es el consejero informal de Trump, según una publicación del diario El Economista entre los temas de sus charlas están “la frustración del presidente frente a la investigación que encabeza el fiscal especial para el tema ruso, Robert Mueller, o el contenido de los tuits del presidente”.
En la Casa Blanca lo han apodado como el “jefe de gabinete no oficial” e indican que es tal el nivel de comunicación que mantienen que es “como si Hannity tuviera su escritorio en la Casa Blanca”. Además, comparten el mismo abogado: Michael Cohen, actualmente investigado por una “conducta criminal que se centra principalmente en sus negocios personales”.
En septiembre de 2016, en una entrevista con Hannity, Julian Assange anunció que publicaría un segundo lote de documentos sobre Hillary Clinton. Sean Hannity volvió nuevamente a la embajada ecuatoriana en Londres en enero del año pasado para entrevistar a Assange sobre la filtración de los correos demócratas, “nuestra fuente no es el gobierno ruso y no es un partido estatal”, dijo en esa ocasión el informático.
Andy Müller, hacker y financista con Bitcoin
Otra persona recurrente en la embajada es el hacker alemán Andy Müller-Maguhn, quien visitó nueve veces a Assange en 2017 y 14 veces en 2016. Müller es objeto de atención de las agencias de inteligencia estadounidenses por su amistad con Assange (le lleva libros, ropa, películas, frutas) y porque intentan entender cómo funciona Wikileaks. Assange ha insistido que Müller nunca tuvo accesos a los correos demócratas. Müller es miembro de la asociación de hackers europea Chaos Computer Club y es a través de ésta que se reunió con Assange en 2007, cuando el australiano buscaba apoyo para lo que entonces solo era un proyecto incipiente (Wikileaks).
El funcionamiento, equipo y las finanzas de Wikileaks, no están del todo claras. Según The Washington Post, Wikileaks ha acumulado dinero a través del Bitcoin, la criptomoneda que funciona sin autorización de los bancos., “La reserva vale alrededor de $ 18 millones, aunque a fines de diciembre, con el aumento en el valor de la moneda, el grupo contaba con $25 millones”, señala el diario.
Esta podría ser la razón por la que Amir Taaki, una persona vinculada a los desarrolladores del Bitcoin, visitara a Assange en julio de 2016 y mayo de 2017. Andy Müller-Maguhn forma parte del consejo de la fundación Wau Holland que en los últimos años ha recaudado dinero para Wikileaks.
Otro hacker alemán, Bernd Fix, también visitó a Assange: seis veces en 2016 y dos en 2017, al igual que Müller-Maguhn, pertenece a Chaos Computer Club y es miembro de la junta directiva de la Fundación Wau Holland.Fiz ha declarado que su trabajo se centra en “desobediencia digital” y la libertad de información.
Brittany Kaiser, otra colaboradora de Trump visito a Assange
En febrero de 2017, Assange recibió a Brittany Kaiser, ex directora de desarrollo comercial de Cambridge Analytica, la empresa que utilizó los datos de Facebook para hacer campaña en favor de Trump. Según Kaiser, se reunió con Assange para hablar sobre las pasadas elecciones estadounidenses. La ex ejecutiva de Cambridge, reconoció haber canalizado donaciones y pagos en criptomonedas para Wikileaks. Assange ha negado que sea cierto.
En julio 2016, Cambridge Analytica ofreció su ayuda a Assange para filtrar los 33.000 correos pirateados a Hillary Clinton, Assange dijo en su momento que no aceptó el ofrecimiento. Con el asesor de Donald Trump, Steve Bannon, a la cabeza, la firma recolectó datos de aproximadamente 50 millones de perfiles de Facebook y los usó para construir un software para influir en las elecciones.
Cambridge Analytica también está siendo investigada por el fiscal especial Robert Mueller, para determinar qué relación tiene con Wikileaks y el grado de participación que tuvo en las pasadas elecciones.
A la lista de visitas polémicas se suman la de Nigel Farage, el ex líder del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP), que impulsó la salida del Reino Unido de la Unión Europea, a quien la inteligencia estadounidense considera el posible vínculo de comunicación entre Rusia, WikiLeaks-Assange y Donald Trump, por sus relaciones con gente cercana a Trump y a Wikileaks. Farage estuvo en marzo de 2017 en la embajada ecuatoriana.
Pamela Anderson y Juian Assange hablan de la Biblia
También aparecen las visitas de su padre, Jhon Shipton, que se reunió con él cinco veces en 2016 y una en 2017. Los espías españoles registraron además los encuentros frecuentes con su equipo de defensa legal conformado por Melinda Taylor, Jennifer Robinson, Aitor Martínez, Baltasar Garzón, Renata Ávila, Gareth Pierce, Stella Morris y otros; las visitas de Naomi Colvin, de la diseñadora Vivienne Westwood, su esposo Teddy Kronthaler, Susan Benn, todos ellos miembros de la Fundación Courage, una organización internacional que se ocupa de la defensa de individuos perseguidos. Entre sus defendidos también figura Edward Snowden.
El programador sueco y experto en seguridad informática, Ola Bini, de la empresa de tecnología ThoughtWorks, con oficinas en Ecuador, también lo visitó en cuatro ocasiones en 2017 y cinco en 2016. La exembajadora de Argentina en Reino Unido también se reunió con Assange tres veces el año pasado.
Lo ha visitado su amiga Pamela Anderson, quien estuvo con él 16 veces el año pasado y seis veces en 2016, según información obtenida por este medio. Anderson ha declarado que Assange es inocente y que lo visita porque es su amigo, con quien dice habla de todo, incluso de la biblia.
En noviembre de 2017, lo visitaron los líderes separatistas catalanes Oriol Soler y Andreu Grinyó. Assange tomó partido por la secesión catalana.
También están registradas las visitas de los periodistas que lo han entrevistado en los últimos años, la de sus amigos como los filósofos y políticos croatas, Srecko Horvat, Slavoj Zizek, el ex ministro de economía de Grecia, Yanis Varoufankis; de varios cineastas, productores, artistas, de su fisioterapeuta y de su entrenador personal.
Las sospechosas visitas de periodistas de RT en 2016
Mario Hidalgo Jara, quien fuera presidente del “Mecanismo de Seguimiento de la Implementación de la Convención Interamericana contra la Corrupción (MESICIC)”, lo visitó en abril de 2016. Óscar Parrillo, ex director General de la Agencia Federal de Inteligencia de Argentina, estuvo en la embajada en mayo. Felipe Ogaz Oviedo, miembro del colectivo ecuatoriano Diabluma, se reunió con Assange el 31 de mayo.
El 10 de junio lo visitaron Cian Westmoreland y Lisa Ling, dos ex técnicos militares norteamericanos, que diseñaron la infraestructura de alta tecnología para el programa estadounidense de drones en Afganistán.
El británico Afshin Rattansi, periodista de RT, canal vinculado al Kremlin, visitó en tres ocasiones a Assange, específicamente los días 10, 17 y 23 de junio de 2016. Una de esas visitas finalizó a las 4:30 am.
El 4 de junio de 2016, días antes de las filtraciones de los correos demócratas, Nikolai Bogachikhin, jefe de noticias de RT, ingresó a la embajada a las 18:10 pm y salió cinco minutos después. Bogachikhin regresó tres días después; esta vez se quedó durante 22 minutos.
El 7 de junio de ese mismo año, Assange recibió otra visita rusa: Yana Maximova, una periodista nacida en San Petersburgo y radicada en Estados Unidos. Nadia Annie Heninger, experta en criptografía y cercana a Jacob Appelbaum, miembro de Wikileaks, estuvo con Assange en julio.
Neville Roy Singham, fundador de ThoughtWorks, una firma global de desarrollo de software y transformación digital, lo visitó en febrero y diciembre de 2016.
Lo visitaron, el 6 de junio, Faith Bosworth y Jean Peters, miembros del colectivo alemán Peng, organización que se autodenomina como una mezcla de activismo, hackeo y arte. Otros miembros de Wikileaks también lo han visitado regularmente durante los dos últimos años, como es el caso de su ex novia Sara Harrison, Jacob Applebaum, Jeremie Zimmermann.
En la lista de 2015 constan políticos, hackers y artistas
En 2015, Julian Assange recibió las visitas de artistas como la italiana Simona Levi, el director cinematográfico francés Romain Gavras, de Yoko Ono, de las actrices Catherine Denueve y Emma Thompson, de la artista inglesa MIA, destaca la visita de Laura Poitras, productora audiovisual, ganadora del premio a la Academia 2015, por Citizenfour, el documental sobre Edward Snowden. También tuvo visitas de su equipo legal de defensa: los abogados Aitor Martínez, Thomas Olsson, Per Samuelsson, Baltasar Garzón, Candelaria Sánchez, Gareth Peirce, Richard Jhon Jones, Bárbara Bokovska, entre otros.
Los agentes también anotaron las visitas de Verónica Paredes, Alexandra Sotomayor, Luisa Vásquez, del director del partido gubernamental Alianza País para Europa, Marcelo Duque, Rosa Revelo, todos fueron registrados como “políticos”, pertenecientes al movimiento Alianza País.
Dennis Kucinich, el político estadounidense, a la fecha miembro del partido demócrata, también se reunió con el australiano, además de sus médicos Ronald Bishop, Crystopher Myers y su fisioterapeuta Steve Clarke.
Con el líder de Wikileaks estuvieron además el hacker activista Lauri Love, Naomi Colvin y Mc Mcgrath, este último promueve el uso de softwares abiertos. Asimismo, los programadores Harry Halpin y Stephen Peic y Jeremie Zimmerman.
La entonces embajadora argentina para Reino Unido, Alicia Castro, también lo visitó en dos ocasiones. Miguel Urbán Crespo, fundador de Podemos, se reunió con Assange, en diciembre de 2015, Urbán señaló que expresó la solidaridad y el apoyo de Podemos”. “Nuestra posición es rotunda: Assange debe ser liberado y compensado por detención arbitraria y privación de libertad”, dijo en su momento el político español.
El inminente desenlace de estos 6 años de asilar al hacker más importante del mundo se acerca. La salida de Assange de la embajada ecuatoriana tiene implicaciones globales. Las negociaciones del fundador de Wikileaks con el gobierno estadounidense suponen el ocultamiento de información a cambio de algún tipo de inmunidad, a su vez las últimas declaraciones de Robert Mueller en las que imputó a 12 oficiales de la agencia militar de la inteligencia rusa acusados de robar y divulgar documentos de la campaña de Hillary Clinton, se dan en un momento crítico para Assange y su situación.
El Ecuador mientras tanto tendrá que responder por todas las irregularidades que se han presentado en estas entregas y en las denuncias realizadas ante las autoridades competentes. El caso Assange marca un antes y un después en la política internacional ecuatoriana, poniendo la soberanía del Ecuador en boca del mundo.