FISCALÍA JAMÁS ACUSÓ AL ASESINO DE GABELA



FISCALÍA JAMÁS ACUSÓ AL ASESINO DE GABELA

Fernando Villavicencio Valencia28 junio, 201827min9039
Fernando Villavicencio Valencia28 junio, 201827min9039
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Es evidente la falta de utilización de protocolos forenses para el tratamiento de la escena del crimen, elemento de vital importancia en la investigación de un caso, se lee en el informe. La investigación pericial observa también que el arquitecto responsable de la elaboración del croquis de la casa del general Jorge Gabela, no concurrió al lugar de los hechos, éste solo se limitó a trabajar con los datos levantados por otras personas.

Tras escuchar la versión del perito Roberto Meza Niella, ofrecida en la fiscalía sobre la alteración del informe final del caso Gabela, Patricia Ochoa, viuda del excomandante de la FAE, Jorge Gabela, reiteró que el asesinato de su esposo fue un crimen de Estado, cuyo móvil era silenciar las denuncias de corrupción en la compra de los helicópteros Dhruv y precisó que detrás del homicidio, perpetrado el 19 de diciembre de 2010, están generales de la FAE.

Los informes hoy desclasificados del caso Gabela, incluida la cuestionada versión del informe final (96 páginas) dejan ver un laberinto de inconsistencias técnicas en el proceso de investigación fiscal y en el juzgamiento de los autores materiales del crimen y aspectos sustanciales jamás investigados por la justicia.

En centenares de fojas del expediente fiscal que sirvió de sustento para sentenciar a los autores materiales del crimen, se destacan informes periciales, declaraciones de los acusados y una pieza clave del proceso: la versión del testigo protegido, una de las pruebas que le permitió al fiscal René Astudillo ubicar a los hoy encarcelados en la escena del crimen, las relaciones entre sí y sustentar la acusación que acabó en sentencia condenatoria en contra de Jaime Arias Tomalá (alias Cojo Jaime), Julio Sánchez Salavarría (alias Sianca), Tyron Terán Tomalá (alias Volante) y Omar Melendres.

El relato inventado por el testigo protegido

El testigo protegido es Nelson Calle Saltos, quien registraba varias denuncias por robo y estafa. En la versión rendida ante la policía judicial de Samborondón el 9 de junio de 2011, Calle relató que por la llamada telefónica de un amigo al que llama Wilson, el 21 de diciembre de 2010 llegó a un bar conocido como La Madrina, en las calles Babahoyo y Colombia (Guayaquil) a escuchar lo que comentaba un grupo de personas que estaban ahí hablando de un “camello” que habían realizado en Samborondón. Una vez ahí, mientras tomaba una cerveza escuchó a Jaime Arias Tomalá, alias “Cojo Jaime”, decirle a Julio Sánchez Salavarría, alias (Sianca) “…la nota era apretar a la pelada y no matarlo a ese man (…) por las huevas disparaste, si ya estábamos adentro y el camello estaba frío y era que la apretes a la pelada”. Según esta versión es Sianca quien disparó el arma que dejó mortalmente herido a Jorge Gabela, la madrugada del 19 de diciembre de 2010.

Pero, en la versión ante la fiscalía de Samborondón, cuatro días después, el 13 de julio, Nelson Calle, cambió de criterio respecto al autor del disparo: “otro de los cuatro sujetos que estaban reunidos y que le dicen Sianca manifestaba (dirigiéndose al Cojo Jaime)  que por las guevas le disparaste…”. Del nuevo relato se desprende que quien disparó el arma fue el Cojo Jaime. De acuerdo con la narración del testigo, en el citado bar se encontraban además del Cojo Jaime y Sianca, Tyron Teran Tomalá, alias Volante, quien habría señalado “ya está hecha la cagada saquémoslos de aquí”.Según el testigo con ellos había otra persona a la que no identificó.

En la versión rendida ante el juez, el 4 de agosto de 2011, Nelson Calle volvió a cambiar la versión, señaló que en el bar La Madrina escuchó decir al Cojo Jaime, a quien ya identifica como Jaime Dennis Arias Tomalá, “… por las huevas le disparaste lo que le dice a Sianca que hoy sé que se llama julio Sánchez Salavarría”.  

Las contradicciones del testigo protegido fueron investigadas por el perito Roberto Meza, las conclusiones que constan en el informe dos, desbaratan una de las pruebas que sirvió de base para la sentencia: ¿Cómo, el 21 de diciembre de 2010, el Cojo Jaime ya sabía que el general Gabela había muerto, si en realidad falleció el 29 de diciembre de 2010 en el hospital, información ampliamente difundida por los medios de comunicación?

En el caso de Teófilo Melendres se lo imputó como cómplice con la sola versión del testigo por estar en La Madrina hablando sobre el hecho,.

Un segundo episodio incompatible que envuelve al testigo Calle, es un supuesto atentado en su contra como retaliación a sus declaraciones. En una primera versión señaló que mientras salía de su casa el 4 de mayo de 2011, a las 21H00, llegaron dos motos: una azul y otra negra, cuyos ocupantes comenzaron a disparar; luego pasó un vehículo Tucson color negro del cual se asomó por la ventana una mujer gritando “por la culpa de este hijo de p… mi marido está huyendo”.Las versiones de Calle respecto al atentado se contradicen: en la una el vehículo Tucson es de color negro y en la otra asegura es verde. Tampoco coincide la hora del atentado en las dos versiones. Roberto Meza, destaca que la fiscalía no confirmó el atentado donde se le disparó al testigo en su casa, no constan diligencias, ni tampoco se corroboró la existencia de orificios de disparos frente a su vivienda.

El testigo inventó el relato, eso se desprende de las páginas del informe pericial: “Se puede concluir que Wilson estaba en La Madrina, escuchó ese relato y llamó telefónicamente a Nelson Calle para que él también escuche. En el lapso de tiempo transcurrido entre la llamada telefónica y el arribo de Nelson a La Madrina el grupo se quedó en silencio esperando la llegada de Nelson? O siguieron comentando reiteradamente lo mismo, hasta que Nelson llegue y se entere de los hechos? Existe el lugar denominado “La Madrina” Quién es y en qué lugar está Wilson?”.

El informe pericial agrega que nunca fue corroborado por la fiscalía el bar clandestino llamado La Madrina, ni las circunstancias en las cuales aparecieron Nelson Calle y su amigo Wilson. Al respecto Patricia Ochoa precisa que conoció al testigo protegido en marzo de 2011 y que quien se lo presentó fue el fiscal Astudillo.

Es evidente la falta de utilización de protocolos forenses para el tratamiento de la escena del crimen, elemento de vital importancia en la investigación de un caso, se lee en el informe. La investigación pericial observa también que el arquitecto responsable de la elaboración del croquis de la casa del general Jorge Gabela, no concurrió al lugar de los hechos, éste solo se limitó a trabajar con los datos levantados por otras personas. Además cuestiona que no se haya tomado impresiones digitales en el lugar de los hechos, pese a que la fiscalía y la policía judicial tenían la responsabilidad en la fijación, recolección y levantamiento técnico de los indicios.

El asesino era zurdo y los sentenciados todos diestros

El perito Meza destaca en su informe que a través del estudio de las trayectorias de los proyectiles, elementos impactados y heridas, es posible llegar a reconstruir la mecánica de los hechos, a fin de determinar la ubicación, situación y dirección de los distintos partícipes dentro de la escena criminal, pero este análisis pericial nunca se ha realizado dentro de la instrucción penal, siendo de vital interés a los fines de reconstruir los hechos en cuestión”.

En el expediente fiscal con el que se condenó a los autores materiales del asesinato del general Jorge Gabela Bueno, no consta el nombre de quien disparó el arma, el único zurdo capaz de hacerlo, era alias “Francis”. Derly David Salazar Vargas, es el nombre que apareció por primera vez en los testimonios de los cómplices y coautores del crimen de Gabela, tras el seudónimo de “Francis”.

El nombre del único zurdo de esta historia, apareció en la versión de Jaime Arias Tomalá (Cojo Jaime) y en la declaración de Richard Párraga Anchundia, ambos sometidos a la prueba del polígrafo en la cámara de Gesel, un procedimiento de alta precisión según el informe pericial. De acuerdo con la versión del Cojo Jaime, fue alias “Francis” quien ingresó con él a la vivienda de la familia Gabela Ochoa y disparó el arma de fuego hiriendo mortalmente al excomandante de la FAE.

La habilidad con la mano izquierda surge de la declaración de Richard Párraga, en la misma prueba poligráfica. Párraga señala con precisión que Francis firmaba, disparaba y sometía a sus víctimas con la mano izquierda. El análisis de la trayectoria del proyectil (de derecha a izquierda) no deja lugar a dudas que el autor del disparo fue un zurdo, “Francis”. Según el perito extranjero, las declaraciones de Jaime Arias, Richard Párraga y demás investigados en la prueba del polígrafo, son verídicas.

Mientras duró el proceso penal, el fiscal René Astudillo, actualmente designado por el Consejo de la Judicatura de Transición, como fiscal del Guayas, jamás mencionó a Francis. No se sabe desde cuando Astudillo supo de la existencia de Derly David Salazar Vargas, alias “Francis”, lo cierto es que sí sabía de sus fechorías, así como de su muerte violenta ocurrida el 19 de diciembre de 2012, incluso sabía algo más: que el verdadero nombre era Francisco Israel Cruz Vargas, y este dato lo puso por escrito en un documento de junio de 2018, donde dice: “No es cierto que el ciudadano Derly David Salazar Vargas alias Francis cuyo verdadero nombre fue Francisco Israel Cruz Vargas, haya estado detenido o vinculado dentro del caso de la muerte del ex general Gabela Bueno (jamás ni la policía mediante parte informativo o de detención puso a conocimiento de la Fiscalía al referido ciudadano- ninguno de los procesados lo nombra”, dice el documento del fiscal Astudillo.

En un informe de la policía judicial de marzo de 2011 remitido a la fiscalía segunda del Guayas, se informa de la detención de Derly Salazar Vargas y Richard Párraga Anchundia, realizada el 16 de febrero de 2011 bajo acusación de robo y tenencia de armas. En el parte policial se menciona que la persona a quien Francis reporta su detención es Estela Vargas Yánez, quien es la madre de Francisco Israel Cruz Vargas. Derly era Francisco o actuaba como tal. Esa información lo sabían agentes policiales, fiscales, jueces, ministros, peritos, solo lo sabían.

La veracidad de esta detención coincide con el relato de Richard Párraga, al perito Roberto Meza, obtenida bajo polígrafo, en la cual el interrogado señala que salieron en libertad luego de que Francis habría entregado 20 mil dólares al fiscal, sin precisar el nombre. Según el documento enviado por el fiscal Astudillo a la prensa en junio de 2018, la orden de libertad de Derly Salazar y Richard Párraga fue concedida por el juez encargado Héctor Alfredo Mata Villagómez.

¿Quién mató al asesino de Gabela?

En una suerte de revancha del destino, la misma fecha (19 de diciembre 2010) dos años mas tarde (19 de diciembre 2012), una bala marcaba el fin del zurdo “Francis”. Derly Salazar Vargas o Francisco Cruz Vargas, aquel que silenció la vida del hombre que investigaba la corrupción en la compra de los helicópteros Dhruv.

La policía y la prensa de ese entonces reportaron el asesinato de Derly David Salazar Vargas, alias “Francis”, junto a dos de sus acompañantes en manos de sicarios. Sin embargo, un parte policial llegado a nuestras manos señala que la víctima no era Derly, sino Francisco. Los cuerpos de los tres fueron encontrados en el interior de una camioneta Chevrolet Dimax color gris en Sauces 6. Más allá de estos detalles no se conoce de ninguna investigación realizada por este crimen que silenció a quien podía revelar los detalles de una trama en la que la delincuencia organizada se asocia fácilmente con la delincuencia común.

Con tan corta edad (28 años) alias Francis registrada todo un historial delictivo, desde asalto y robo hasta crímenes bajo una modalidad que empata con el sicariato. Tenía amistades en la policía, dinero y poder, más se demoraba en entrar que en salir de la cárcel, cuentan sus amigos.

Quien más que el Cojo Jaime para detallar la vida de Derly o Francisco. En su versión rendida en la cámara de Gesel, dijo: “en su momento a él también lo mataron, a Francis en una Dimax, él mató a mi amigo el cachinero, el que alquilaba los carros, cuando estuvo detenido lo comentó, el apareció muerto en Guayacanes. Dicen que Francis también estaba implicado en la muerte de Jimmy y Chacho el de los carros. Él ha caído pero ha salido porque tiene dinero”.

Una segunda prueba que también se desploma

Otra de las pruebas presentadas por la fiscalía y validada por el tribunal penal para sentenciar a los autores materiales en el caso Gabela, fue el informe de balística por el asesinato del policía Cristian Cúñez Peñafiel, en el que aparece involucrado también Jaime Arias Tomalá (Cojo Jaime). Según el informe del policía José Alfredo Morales León, la bala que se levantó en el lugar de los hechos del general Gabela, fue disparada por la misma arma que disparó las balas en el caso Cúñez.

De acuerdo con el procedimiento, criminalística debía realizar un cotejamiento microscópico de las balas y vainas encontradas en los dos lugares, conforme al pedido fiscal de 23 de marzo de 2011. Sin embargo, al revisar el informe de Roberto Meza, se verifica que la fiscalía no realizó la comprobación y cotejamiento de  los datos obtenidos mediante el sistema IBIS por parte de criminalística. Según la investigación de Meza, ambos proyectiles (de Cúñez y Gabela) “no salieron de la misma arma”, como se aprecia en la gráfica.

Meza analizó el protocolo de la autopsia (No.1534-DML-2010 de foja 10529) en el que se describe la existencia de un “orificio por penetración por arma de fuego de trayectoria de adelante hacia atrás de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo”, lo que permite colegir que el disparo fue a quemarropa y el tirador era zurdo, como se observa en la ilustración.

Pero, todos los imputados y sentenciados en el caso Gabela son diestros, entonces surge la interrogante: ¿cómo la fiscalía identificó al autor material del disparo si jamás realizó esa pericia? La viuda de Gabela confirmó que personalmente solicitó al fiscal René Astudillo practicar esa y otras pericias, lo cual no fue atendido.

Fiscalía jamás acusó al asesino de Gabela

Meza concluye que “el perito operador del IBIS José Alfredo Morales León, incumplió con el pedido expreso del fiscal, además no salvaguardó como respaldo las imágenes que comprueban sus aseveraciones”, se lee en el informe.

Al referirse al caso Cúñez en la prueba del polígrafo, Jaime Arias Tomalá deslindó su participación, incluso pidió al perito que se investigue el caso: “yo estuve en la PJ por el delito del policía (Cuñez), la verdad que en ese delito no tengo nada que ver y quisiera ver si ustedes me pueden ayudar en eso ayudar a investigar porque aquí la policía busca testigos y te prueban que ellos fueron al primero que cogen lo meten, como por ejemplo en esto no hay nada porque todo lo que han dicho es mentira, supuestamente un testigo nos ha visto conversando en un bar, todo eso es mentira, no conozco a La Madrina pero me han dicho que eso no existe, eso es una mentira que el fiscal ha puesto, en el tiempo que francis estuvo detenido yo le vi, estuvo detenido por el robo de un restaurant. Francis nunca se da asunto a los nombres, es joven, blanco, el ahora poco amigo de Cosme, Sucofi, Carina de unos que estaban presos aquí que eran peligrosos, Carina murió aquí, cuando estuve detenido yo tenía miedo que me hagan algo porque eran amigos de él y un día me llamó por teléfono para amenazarme porque él de aquí se fue libre que si yo decía algo él me iba a matar a mi hijo, mi mujer, la verdad que él siempre ha sido como mala gente y tenía miedo…”, dice el testimonio.

El 2 de julio de 2015, la asistente del entonces fiscal general Galo Chiriboga, Mónica Serrano, recibió personalmente de la presidenta del Comité Interinstitucional, Ledy Zúñiga Rocha, el informe documentado donde se establece la responsabilidad de alias “Francis” (Derly Salazar Vargas o Francisco Cruz Vargas) en el asesinato del general Jorge Gabela, además la petición expresa de que inicie la investigación por las graves inconsistencias y vacíos encontrados en el trabajo de la fiscalía al no haber realizado las pericias de balística entre otras. Desde entonces han pasado tres años de silencio de un total de ocho años de impunidad. El caso Gabela está en cero, desde ahí el fiscal Paúl Pérez intentará encontrar las piezas, las páginas manipuladas en los informes y un hilo de justicia.