El presidente de la República, Daniel Noboa, acumula ya tres intentos consecutivos de propuestas de reforma a la Ley de Extinción de Dominio. Más que voluntad política para dotar al país de herramientas para recuperar lo robado, esto revela un patrón preocupante de medidas insuficientes e improvisadas que no cumplen ni con la expectativa ciudadana, ni con la rigurosidad jurídica para llegar al objetivo primordial: cortar las vías de enriquecimiento ilícito de las mafias.