COVID19: UNA MANO AL CORAZÓN Y OTRA AL BOLSILLO



COVID19: UNA MANO AL CORAZÓN Y OTRA AL BOLSILLO

amanda30 marzo, 202023min
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Del registro de 5196 personas, este medio seleccionó las 200 mayores fortunas declaradas al Servicio de Rentas Internas en 2015, que sumaron $5.000 millones.

Luego del terremoto que devastó Manabí, en 2016, el Servicio de Rentas Internas (SRI), preparó un registro de personas que habían declarado un patrimonio mínimo de un millón de dólares hacia arriba. Con esa información se cobró el aporte solidario de 0,90% al patrimonio.

En la base de datos a la que tuvimos acceso, constan 5 mil personas naturales que suman un patrimonio declarado en Ecuador de 16 mil millones de dólares. Para esa misma fecha, según información publicada por la agencia EFE, citando fuentes del gobierno, 280 ecuatorianos habían sacado 30 mil millones de dólares a paraísos fiscales (30% del PIB), por fuga de capitales y fraude financiero. En buen romance, la suma de fortunas legales y opacas supera los 46 mil millones de dólares.

En aquella ocasión la generosidad de los más afortunados permitió recaudar más de 200 millones de dólares. Ahora, cuando una nueva catástrofe nos acecha, ¿será el tiempo de ponerse una mano al corazón y otra al bolsillo?

Los $5000 millones de los 200 más ricos

Del registro de 5196 personas, este medio seleccionó las 200 mayores fortunas declaradas al Servicio de Rentas Internas en 2015, que sumaron $5.000 millones.

Este es el momento. La situación extrema de la que nadie puede hacerse a un lado y a la que todos tenemos que hacer frente. Pasó una emergencia provocada por la naturaleza en 2016, como lo fue el terremoto con epicentro en Manabí.

Cuatro años más tarde, atravesamos el desastre por la pandemia del coronavirus -provocada por el hombre, según los estudios que se han publicado- que, a posteriori, sus consecuencias tal vez solo podrán ser medidas haciendo la analogía con un tsunami que sigue con sus olas creciendo. Aún falta el golpe final.

Nadie sabe cuándo vendrá ni cuánto será la medida de sus afectaciones, en todo sentido. Son estos días en los que muchos de los que se dicen creyentes, han vuelto a rezar. Este es el escenario. Una realidad que no tiene un desenlace, pero a la que desde ya hay que enfrentar en sus consecuencias que, ya se sabe, son catastróficas.

La súplica del Vicepresidente

Por eso el vicepresidente de la República Otto Sonnenholzner fue abonando el terreno para lo que se vendrá: “Apelamos a la solidaridad de todas las personas que puedan arrimar el hombro y estamos seguros que vamos a contar con todo su apoyo”.

Pero en realidad ese arrimar el hombro solo es un decir. La verdad es que hará falta poner el hombro, los brazos, las piernas y la espalda. El cuerpo entero para poder ayudar a levantar un país.

Guillermo Lasso se suma al ruego y aporta

Un mensaje similar en el que se sobreentiende su propio esfuerzo y sacrificio, dio el aspirante a la Presidencia de la República, Guillermo Lasso.

“Sería inhumano y completamente inaceptable que la sociedad ecuatoriana abandonara a nuestros hermanos que hoy más necesitan nuestra ayuda. Estamos hablando de cuatro millones de familias paralizadas, a las que no se les da alternativas. Todos debemos hacer nuestra parte, pero los que más tenemos debemos hacer un esfuerzo mayor. Hasta donde podamos. Hasta que podamos”.

Palabras que reflejan la gravedad de la situación que atraviesa y seguirá sufriendo nuestro país en el futuro inmediato. Por eso habló de sacrificios, de los que nadie que tenga posibilidad de ayudar puede excluirse.

La pandemia exige más solidaridad

Lo que está claro es que ahora hará falta mucho más todavía que lo que se hizo para ayudar a las provincias más afectadas del terremoto de 2016, Manabí y Esmeraldas.

En esa ocasión se aprobó la Ley Orgánica de Solidaridad y de Corresponsabilidad Ciudadana para la Reconstrucción y Reactivación de las zonas afectadas por el terremoto del 16 de abril de 2016.

Básicamente se estableció una contribución solidaria, por una sola vez, que tenía por objeto la recaudación de fondos con el propósito de permitir la planificación, construcción y reconstrucción de la infraestructura pública y privada, así como la reactivación productiva en todas las zonas gravemente afectadas.

Una de esas contribuciones fue de acuerdo al patrimonio que tengan en Ecuador las personas naturales, residan o no en nuestro país.

De manera que todas las personas que al 1 de enero de 2016 posean un patrimonio igual o mayor a un millón de dólares, aportarían con el 0.90% respecto al total de su patrimonio. En el caso de los residentes en Ecuador, la contribución se calcularía sobre el patrimonio ubicado tanto dentro como fuera del país.

El registro de $16 mil millones de los más ricos

El siguiente paso que se ejecutó fue inédito: se estableció la lista de todas las personas que tienen en Ecuador un patrimonio desde un millón de dólares en adelante. Y el resultado fue revelador: existen 5196 ecuatorianos millonarios o dentro del rango considerado para dar el aporte. El total de la fortuna que reúnen entre todos los patrimonios de estos ciudadanos es USD 16.070.306.947.

En letras, más de 16 mil millones de dólares, solo con el patrimonio declarado en Ecuador. Se calcula que en otros países, ecuatorianos mantienen por lo menos una cantidad similar o inclusive, superior. Eso es mucho más difícil establecer con precisión.

Sin embargo, el registro del SRI, deja muchos agujeros negros, no incluye a poderosos empresarios, cuyos nombres públicamente reconocidos parece haberse caído de la base de datos.

Basta revisar los informes de Arroz Verde para constatar que muchos empresarios que amasaron grandes fortunas durante la década pasada, literalmente, se escurrieron del registro del SRI. ¿El patrimonio de $16 mil millones representa el 50% de las fortunas drenadas desde Ecuador a paraísos fiscales, durante el mismo período gubernamental?

El asunto es que de esos aportes del 0.90% sobre los patrimonios, el Estado pudo recaudar por la emergencia más de 200 millones de dólares. Nada mal considerando que por el aumento del 12 al 14% del IVA dispuesto en la misma Ley de Solidaridad, se recaudó un poco más del doble, USD 494 millones, y eso que el IVA lo pagamos todos los ecuatorianos.

Si es que el gobierno impone nuevamente un impuesto al patrimonio, el desafío es que esos recursos no se diluyan en corrupción, tal como sucedió en el período de la reconstrucción de Manabí. Un nuevo fracaso es la ruta a un Estado fallido.

Considerando la magnitud de la catástrofe y perfeccionado la base de datos del SRI, incluyendo en ella a nombres poderosos que el 2016 fueron excluidos, aplicando un 2% al patrimonio, se obtendría una cifra cercana a los $340 millones.

El SRI estableció su orden, de acuerdo a la cantidad del patrimonio declarado. Y comenzó separando a los ecuatorianos que poseen más de USD 100 millones. Son apenas seis y entre ellos tienen USD 929 millones juntando sus patrimonios.

Isabel Noboa encabeza el registro patrimonial

La lista está encabezada, con USD 189 millones, por la empresaria guayaquileña Isabel Noboa Pontón, del grupo Nobis y una de las socias del nuevo puerto privado de Posorja, inaugurado el año pasado, con ciertos cuestionamientos derivados de la entrega sin concurso, o a dedo, al grupo empresarial de capitales supuestamente mixtos, que finalmente levantó la infraestructura con los aplausos del gobierno de Rafael Correa y del municipio socialcristiano de Jaime Nebot.

En segundo lugar, luego de Noboa, se encuentra el constructor Marcelo Herdoíza Guerrero, principal directivo de la empresa Herdoíza-Crespo. Para cuando el gobierno elaboró el ranking de los patrimonios, el constructor apareció en el segundo lugar, con un patrimonio declarado de USD 180 millones.

Estos dos primeros puestos pueden ser desplazados si se considera a la familia Hidalgo Barahona como un grupo económico: Juan Hidalgo Barahona, propietario de la constructora Hidalgo&Hidalgo, aparece en el top 6 con $151.9 millones. Lo acompaña su madre Olvia Barahona con $ 103.9 millones.

Hidalgo, el apellido del dinero

Los hermanos de Juan Hidalgo -Olvia, Fernando y Julio- tampoco se quedan atrás: con $48, $39 y $28 millones respectivamente (están dentro de los 50 más ricos del Ecuador, según datos del SRI).

En 2015, el patrimonio de los hermanos Hidalgo, incluido el de su madre, alcanzó los $ 373,2 millones, convirtiéndose en el grupo familiar más poderoso del país.

Hidalgo & Hidalgo tiene presencia y contratos en otros países, no sin problemas y escándalos relacionados a actos de corrupción en la contratación pública, como se ha publicado en Panamá. En Perú también han aparecido revelaciones con prácticas parecidas para ganar adjudicaciones.

En cuanto a Ecuador, la misma constructora apareció en los registros del caso Arroz Verde, los sobornos pagados al partido de gobierno Alianza País a cambio de contratos de obras públicas, en una estructura criminal encabezada y ordenada por el ex presidente Rafael Correa, según la acusación de la Fiscal Diana Salazar.

En total, fueron USD 3 millones que se pagaron según la investigación publicada por este portal.

Las fortunas de Arroz Verde

Alberto Hidalgo Zavala, procesado por el delito de cohecho, es hermano del exministro de Transporte y Obras Públicas, Aurelio Hidalgo, acusado de haber entregado cuestionados contratos.

Un poco más abajo en el ranking de patrimonios, en el puesto 11, aparece otro constructor, es Víctor Manuel Fontana Zamora, principal de la compañía Fopeca, también vinculado y procesado por el caso de sobornos, Arroz Verde.

Fontana aparece en el segundo grupo categorizado por el SRI, en los que están los que tienen menos de USD 100 millones y hasta USD 40 millones de patrimonio. No son muchos. Son apenas 20 ecuatorianos que sumados todos sus patrimonios alcanzan una cifra de USD 1269 millones.

El hijo de Manuel Fontana, Sem, ocupa el puesto 1099 con un patrimonio de $3 millones.

Quienes se encuentran en el rango de 40 a 20 millones de dólares de patrimonio son 43 personas que suman y suman $1197 millones.

La fortuna del hermano mayor

El grupo de personas que poseen patrimonios entre los 10 y los 20 millones de dólares está conformado por 116 ecuatorianos,  que acumulan una fortuna de USD 1589 millones. Aquí consta, por ejemplo, el dueño de la cadena de supermercados, Mí Comisariato.

Y a este club privilegiado pertenece el hermano del expresidente Rafael Correa Delgado, empresario quebrado en 2006.

Fabricio José Correa Delgado nunca fue un importante, por monto, pagador de impuesto a la renta, ni antes ni durante ni después que su hermano Rafael ocupó la presidencia de la República. En el año 2000, por ejemplo, pagó USD 1945 y con cifras similares siguió hasta 2007.

Ese año pagó USD 3517. Sus mejores años de pago fueron 2014 y 2017: USD 12.035 en el primero y USD 15.072 en el segundo. Con estas cifras, el hermano del ex presidente declaró al SRI que era poseedor de un patrimonio de más de USD 12 millones ¿Y Pierina, dónde está?

No es poca cosa. Casi a su mismo nivel está el estadounidense Williams Phillips Cooper, dueño del contratista petrolero Grupo Azul, procesado en el  caso de sobornos, Arroz Verde. Esta cantidad es tres veces más del patrimonio que declara el ex alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot Saadi y cuatro veces del patrimonio declarado por Jacobo Bucarám Ortiz, hermano del ex presidente Abdalá Bucarám.

Mónica Hernández Vásconez, esposa de William Phillips, tiene, según el SRI un patrimonio personal de $1, 3 millones.

A este, se suman otros nombres de accionistas de las empresas que aparecieron en la investigación de Arroz Verde. Por ejemplo, la compañía Sevilla y Martínez Ingenieros C.A Semaica, seis de sus accionistas constan en la lista del SRI, la suma de su patrimonio alcanzó, en 2015, 23 millones de dólares.

Y así hasta el último ecuatoriano que ha declarado, voluntariamente, tener un patrimonio superior al millón de dólares en nuestro país. De todos ellos, 5196, hubo un aporte superior a los USD 200 millones para el fondo post-terremoto.

Los patrimonios ausentes

Las razones por las que el SRI no incluyó a varios nombres potentados, a su tiempo sabrá explicarlas, pero personajes vinculados a grandes negocios durante la década pasada, no pueden quedar fuera del ojo público. El zar del petróleo Enrique Cadena, es una de las fortunas ausentes; el intermediario de negocios chinos y amigo del presidente Lenín Moreno, Conto Patiño Martínez, tampoco aparece en los registros pese a haberse identificado al menos un cobro de $18.3 millones de Sinohydro. El ganador de los reaseguros de Sucre, Diego Sánchez Silva, de igual forma no consta.

Otro de los nombres que el SRI no incluyó en su registro es el del empresario Tomislav Topic. Así mismo, existen otros nombres que no se explica su ausencia, entre ellos el propietario del banco del Pichincha Fidel Egas y su similar Guillermo Lasso, propietario del banco Guayaquil. Los dueños del grupo Eljuri tampoco aparecen en el citado registro del año 2016.

¿Cuánto más estarían dispuestos a contribuir, generosamente, en las actuales circunstancias?

Banco Pichincha la mayor entidad financiera de Ecuador anunció la donación de 10 millones de dólares para la compra de equipamiento médico; el empresario Roque Sevilla anticipó la constitución de un fideicomiso que tiene el objetivo de recaudar 20 millones y aseguró la entrega de dos millones para este fondo. Lo propio hizo el precandidato presidencial Guillermo Lasso, que anunció la donación de equipos para enfrentar la pandemia.