Crisis eléctrica, las alertas ignoradas



Crisis eléctrica, las alertas ignoradas

5 noviembre, 202421min292
5 noviembre, 202421min292
NOBOA CRISIS ELECTRICA ECUADOR
El juicio político a la ex ministra de Energía, Andrea Arrobo, que se desarolla estos días en la Comisión de Fiscalización y las últimas declaraciones del presidente Daniel Noboa, sobre su manejo “empático” -antes que técnico- de la crisis eléctrica, deja al descubierto una verdad incómoda.

Aunque el Gobierno –que asegura vivimos el peor estiaje en 61 años- sí recibió varias alertas sobre los problemas del sistema energético, no tomó decisiones ágiles para resolver los problemas.

Más bien se dio un manejo político que buscaba no afectar la imagen del presidente Daniel Noboa. Al final, el mandatario no ha podido huir a este destino y su candidatura, ha bajado algunos puntos.

La falta de decisiones a tiempo ha devenido en cortes que se han ido incrementando, de entre 4 a 14 horas diarias.

Paralelamente, la declaración de un feriado extendido por difuntos y la Independencia de Cuenca, ha bajado un tanto la presión y se han reducido los cortes, durante estos días de asueto. Hoy se anunciaron nuevos horarios reducidos.

Sin embargo, los apagones en Ecuador, han generado millonarias pérdidas económicas y no se conoce con certeza cuándo podrá superarse el problema.

Un análisis integral de la situación actual, no puede pasar por alto que lo que recibió como herencia el presidente Noboa, es producto también de las malas decisiones, sobreendeudamiento y la corrupción del sector eléctrico que también ha sido transversal a los tres gobiernos anteriores.

“Era basado en empatía”

Si algo ha caracterizado al Gobierno de Noboa, en los 11 meses de gestión, ha sido hacer anuncios que luego no se han cumplido. No han escuchado a técnicos, ni han visto las señales, por eso la comunicación resulta errática. Uno de los últimos fue que el presidente aseguró el 17 de octubre que los racionamientos de energía que en ese momento eran de 10 horas, iban a bajar a entre ocho y cuatro horas diarias, las siguientes semanas.

A reglón seguido, en esos mismos días el país vio reaparecer los apagones, pero ahora de hasta 14 horas.

Cuando el periodista de TC, Rafael Cuesta le preguntó -la semana pasada- a Noboa porqué se arriesgó a decir que habría reducción del tiempo de apagones, y que si esto habría sido un anuncio populista; el presidente respondió que su anuncio no fue por populismo sino que fue “basado en empatía”.

También reconoció que no se sometió a lo que decían los técnicos:  “si le preguntaban a los técnicos, querían hacer tres, cuatro cortes en un día”. Explicó que se buscó modificar el esquema sugerido “para que sea con el menor impacto para las personas”. Además reconoció que lo que pasó luego, es decir la crisis de apagones, estaba solo en un escenario con el 10% de probabilidad.

Pero no ha sido el único desacierto registrado: Arturo Félix Wong, hombre de confianza de Noboa, dijo el 9 de septiembre del 2024 en un canal de televisión, que “Si las cosas se mantienen como estamos trabajando, y la hidrología nos apoya, no tiene que haber apagones”. Solo una semana después estos regresaron con fuerza.

Previamente, en abril del 2024, cuando Andrea Arrobo era ministra, se vivieron momentos parecidos.

Faltaban cinco días para la Consulta Popular del 21 de abril, y la situación eléctrica era insostenible. Sin embargo, el presidente Daniel Noboa declaró el 16 de abril de 2024: «Nadie me va a cuentear en el último segundo que hay que darle cinco horas de apagones a Guayas, nosotros no vamos a darle más apagones en esta semana. Eso lo hemos tomado como decisión”.

Fue evidente en ese momento para los analistas económicos y políticos, que se estaba dando prioridad a la campaña electoral.

Juicio político revela que alertas llegaron desde febrero 2024

Lo que pasó los primeros meses del mandato de Noboa, con respecto al sistema eléctrico, queda retratado en un documento que contiene las pruebas de descargo entregadas por la primera ministra de Energía, designada por Noboa: la joven Andrea Arrobo (33 años).

A más del juicio político que se tramita, sobre ella recae una demanda del propio gobierno por paralización de servicios públicos y traición a la patria.

Sin embargo, en su relato Arrobo cuenta que no ha habido tal traición, y que buscó manejar de manera técnica la situación. El 1 de abril del 2024, dice, ya alertó “a las máximas autoridades sobre la situación que estábamos atravesando”. También dijo que buscó manejar cuidadosamente los embalses y utilizar la generación térmica recuperada hasta ese momento, que alcanzaba los 220.6 MW.

Sin embargo, las medidas de ese momento no surtían efecto pues el 8 de abril, los embalses de Mazar y Paute, empezaron a decaer. A la par, Coca Codo Sinclair tenía un repunte en producción, lo que aliviaba a Mazar, tal como ahora sucede.

En este contexto, el miércoles 10 de abril recibió una llamada del entonces secretario de la Administración Pública, Arturo Félix Wong, en la que le informó que según reportes de Inteligencia no se estaban haciendo operar en su máxima capacidad a las centrales termoeléctricas. Frente a esta denuncia, se hizo una visita sorpresa el 12 de abril.

Andrea Arrobo contó que con Arturo Félix Wong realizaron una visita sorpresa a las unidades de generación. Tomado de redes sociales

La ex ministra dice que con ello se desvirtúa la acusación de que no se comunicó de esta información a la Presidencia de la República.

Por otro lado, Arrobo transfiere una buena parte de la responsabilidad a Cenace que “no hizo una alerta con respecto a que inmediatamente debíamos iniciar con racionamientos”.

Aunque Arrobo en sus descargos dice que alertó a “altas autoridades” del Gobierno, y evita dar nombres, varios medios digitales y publicaciones en redes sociales aseguran que sí llegó a hablar con Daniel Noboa vía chat. Ella le advirtió de los problemas. Sin embargo, el presidente le respondió que no iba a perder una consulta por mala planificación.

Asambleísta Ana Galarza presentó las pruebas contra Arrobo

Entre tanto, en la sesión 84  de la Comisión de Fiscalización de este 1 de noviembre, en la que se trató el juicio político en contra Andrea Arrobo, la asambleísta proponente, Ana Galarza (Construye) expuso las pruebas en contra de la ex funcionaria.

En resumen, la legisladora explicó que las autoridades de Gobierno sí conocían y sí fueron alertadas de los problemas del sistema eléctrico. Sin embargo, no se dieron las medidas adecuadas ni ágiles para combatir el grave problema.

Entre las pruebas, presentó informes de Cenace (Operador Nacional de Electricidad) en los que se demuestra que hubo varias alertas sobre la fragilidad del parque termoeléctrico y la necesidad de mantenimiento, emitidas desde febrero del 2024.

Esa comunicación de febrero la recibió la propia Arrobo. Se le había indicado que existía un retraso en el cumplimiento del plan maestro de generación. Que “el sistema es deficitario ante escenarios muy secos” y que por ello se debía tomar las medidas.

También ha quedado claro que de octubre a marzo, de todos los años en el Ecuador existe estiaje. Al ser un comportamiento estacional, los Gobiernos deben prepararse. La asambleísta recordó que desde el debate presidencial ya se había advertido sobre los riesgos de apagones.

Cenace, en febrero hablaba de un déficit de 475 MW y que debían incorporar igual cantidad de nueva generación hasta septiembre del 2024. Pero esto no sucedió.  También se pidió cumplir con el mantenimiento para Coca Codo Sinclair y buscar cómo compensar la importación de Colombia.

Adicionalmente, se dijo que es “indispensable” dar cumplimiento al plan de expansión del sistema nacional de transmisión.

¿Por qué se cayeron procesos de la EEQ y Energyquil?

Arrobo, por su parte, también aclaró, en su escrito, por qué quedaron insubsistentes dos contratos. Se refirió a la contratación de energía emergente por 465 MW  por parte de la Empresa Eléctrica Quito y otras distribuidoras, así como al contrato con Energyquil por 192 MW.

Ambas soluciones, que estaban en marcha en el gobierno de Lasso, hubiesen podido aliviar, un tanto, la falta de generación. Sin embargo Arrobo explica que en el primer caso, el proceso se dio de baja por parte del propio Gobierno de Lasso, un día antes de terminar el periodo. Pero también señala que tenía varias irregularidades. No entiende por qué se le otorgó la facultad de contratación a la Empresa Eléctrica Quito. Asegura que no había ni permisos ni licencias necesarias.

En el caso de Energyquil, la ex ministra dijo que había observaciones de Contraloría.

Lo cierto es que en el momento de la transición, el Gobierno de Noboa y la propia ministra pidieron al gobierno anterior que no celebre contratos de última hora. Estas dos posibles vías de solución no fueron retomadas.

Lo que sí informó fue que en su gestión fueron establecidos los TDR de contratos de motores para Esmeraldas, Salitral y Quevedo, que han generado dudas justamente por no cumplir las especificaciones. No se conoce cuándo llegarán al país, aunque el periodista Carlos Vera aseguró que los motores estaban en camino.

Nuevos contratos eléctricos, oscurecidos por irregularidades y fallas

El juego del florón en los últimos cuatro gobiernos

En estos días, los políticos aprovechan para echarse la culpa unos a otros, en una suerte de juego del florón. Ninguno asume sus responsabilidades en el colapso del sistema eléctrico. Tener 14 horas sin energía eléctrica, coloca al país en una precariedad nunca antes vista.

Por eso es importante señalar cómo llegamos a este punto.

Boris Abad, doctor en ingeniería en petróleo y gas natural considera que lo que se ha visto a lo largo de cuatro gobiernos: Correísmo, Morenismo, Lassismo y ahora el Noboísmo, es la politización de los planes eléctricos. Llegan al poder personas totalmente desconocedoras, que no se concentran en el objetivo principal que es darle energía al país, de una manera sustentable y sostenida.

Para Abad el mayor problema es el modelo estatista: “El Estado al politizarse no cuida el negocio de darle energía a los ecuatorianos. Si alguien verdaderamente se doliera del abastecimiento de energía del país,  tendríamos refinerías eficientes, abastecimiento de energía hidráulica, geotermal, eólica, fotovoltaica”, dice.

Correato: corrupción, hidroeléctricas y tarifas

En el gobierno de Correa, explica Abad, además de la corrupción por la que se ha dilapidado recursos importantes, se dio preponderancia a construir hidroeléctricas, pero descuidaron el parque térmico.  Es decir estuvo fuera de un contexto integral de abastecimiento energético.

Recuerda los sobreprecios, en la refinería de El Aromo, en la propia Coca Codo, que ahora tiene tantas fallas. Además, el Estado no tuvo capacidad de fiscalización porque a esas empresas fiscalizadoras también les controlaban con dinero.

En el gobierno de Rafael Correa se firmaron contratos con sobreprecios.

Otro error del correísmo fue no haber establecido un sistema de tarifas, proporcional a las inversiones y endeudamiento que se tomó para hacer las hidroeléctricas.

La falta de una tarifa adecuada, que debió ser mayor, no ha permitido que haya recursos para el mantenimiento de todo el parque eléctrico.  “Hay que entender que no hay almuerzo gratis”, asegura.

También es importante señalar que el sobreendeudamiento de la década del correato, que siguió en los siguientes gobiernos, ha reducido la capacidad de inversión.

Ni Moreno ni Lasso dieron el paso hacia la gasificación

El gran pecado en energía de los Gobiernos de Moreno y Lasso es haber cerrado los ojos al desarrollo de gas. Si hubieran concretado la gasificación, “al menos Termogás Machala estuviera generando a full capacidad”, dice Abad.

Entre tanto, Moreno no hizo nada importante en cuanto al tema térmico. Descuidó la situación de Coca Codo Sinclair. Moreno actualmente está acusado junto con otra treintena de funcionarios de cohecho (sobornos) en el proceso contractual de Coca Codo. El caso llevado por la Fiscalía se denomina Sinohydro. Además durante el “morenismo” tuvieron la “brillante” idea de que no había gas en el golfo, dice Abad.

Guillermo Lasso, que se preparó 10 años para ser presidente y solo estuvo dos años y medio en el poder, al final no supo qué hacer. Aunque nombró a un técnico como Fernando Santos Alvite para esa Cartera de Estado, este tampoco resolvió el problema y terminó diciendo que el tema de los apagones “depende de diosito”.

De acuerdo con Abad, la falta de atención al tema del gas por parte de varios gobiernos se debe a los intereses de los importadores. Es que es un gran negocio seguir vendiendo al país, combustibles como el diésel.

¿Cuándo terminarán los apagones?

El presidente Daniel Noboa informó en su entrevista en TC con Rafael Cuesta dice que los apagones durarían hasta diciembre. “Si sale todo de acuerdo con lo planeado, son predicciones, probabilidades, debería estar con el problema resuelto en diciembre, es decir, ya no debería haber apagones”.

Sin embargo, existen otras previsiones menos optimistas.

Darío Dávalos, analista de temas energéticos, explica que de acuerdo a un informe de Celec del 16 de septiembre, se indicó que los cortes de energía podrían extenderse hasta marzo del 2025. En el informe se indicaba textualmente:

Para escenarios secos, con las centrales de generación existente, sumada a las plantas proyectadas a incorporar y con las máximas importaciones de electricidad, “no es posible garantizar el abastecimiento de energía eléctrica en el sistema nacional interconectado y se presenta riesgo de cortes del servicio de energía eléctrica, durante el período octubre de 2024 a marzo de 2025”.

El presidente Noboa ha admitido que existe un déficit de 1000 MW,. Explica que la meta del Gobierno es incrementar 1500 MW, pero esto sería hasta 2026 (en caso de ser reelecto).

El presidente Noboa dijo que al momento se han recuperado 434 MW y tienen $700 millones para nueva generación, Esta entrará en funcionamiento desde noviembre hasta abril del 2025.

En todo caso, los horarios de apagones que el Gobierno ha anunciado para esta semana, son de hasta seis horas.

¿Soluciones a la vista?

Para Abad, la decisión más sabia es abrir la libre competencia, sin piedras en la rueda. Lastimosamente, dice que la última ley eléctrica que acaba de aprobar la Asamblea por pedido del Ejecutivo no resuelve el problema de las restricciones. “Debe haber un plan nacional consensuado para que el Estado salga del negocio de la energía, No solo porque el Estado hace mal las cosas, sino porque se politiza”, dice.

Por su parte, Darío Dávalos considera que al momento es necesario marcar una agenda de ejecución del Plan Maestro de Electricidad sin demoras. Esto debe ser conforme la evolución de la demanda de energía eléctrica del país. Dicha agenda debe estar basada en la conjugación de inversión pública y privada.

En el plano institucional, es necesario dividir el Ministerio de Energía en tres: Ministerio de Energía, de Minas y de Electricidad.