Este 9 de septiembre, llegó a la sala de la Corte, un Carlos Pólit sin bigote, el tribunal de Estados Unidos decidió diferir la audiencia de sentencia sobre su caso de lavado de dinero, para el 27 de septiembre de 2024, un capítulo crucial en su historia de poder y corrupción, que involucra sobornos por más de 16 millones de dólares.
Marieta Campaña, nuestra colaboradora, se encuentra en Miami, nos reporta que el motivo del diferimiento de la sentencia se da porque la fiscalía le ha anunciado a la jueza la semana anterior que empiezan a procesar a Jhon Pólit, que no había sido procesado hasta el momento. Carlos Pólit Faggioni a sus 74 años, podría recibir una condena entre 19 y 24 años de prisión.
La sentencia podría parecer el cierre de un ciclo, pero deja importantes preguntas abiertas: ¿quiénes más estaban involucrados en este esquema? ¿A quiénes protege Pólit al inmolarse, en silencio, ante la justicia?
Los sobornos de Odebrecht
El caso de Carlos Pólit se inscribe en el contexto de uno de los mayores escándalos de corrupción en América Latina: el caso Odebrecht. La empresa brasileña, que operaba en Ecuador durante la administración de Correa, pagó sobornos multimillonarios a cambio de contratos de infraestructura.
José Santos Filho, gerente de Odebrecht en Ecuador, testificó además que el acusado exigió un soborno de $6 millones para eliminar aproximadamente $100 millones en multas del proyecto San Francisco de Odebrecht. Santos pagó esta cantidad en efectivo entre 2010 y 2011.
Recordemos el audio entre el mismísimo Pólit y José Santos en el que recomienda ferviente, los pagos en efectivo.
Geraldo de Souza, gerente financiero de Odebrecht en Ecuador, testificó que tenía la responsabilidad de obtener efectivo para los pagos de sobornos y de transmitir las instrucciones para los pagos de sobornos por transferencia bancaria.
Los documentos judiciales y las declaraciones revelan que Pólit exigió y recibió sobornos a cambio de ignorar irregularidades en proyectos estratégicos. Entre estos se destacan:
Estos pagos se realizaron entre 2010 y 2017, y fueron canalizados mediante una intrincada red de transferencias bancarias internacionales, principalmente hacia cuentas en Panamá y Florida, donde su hijo, John Pólit, se encargaba de lavar los fondos.
Pólit y su defensa argumentan que la cantidad del soborno de Odebrecht debería ser menor, que fue «poquito», $10 millones únicamente, sin embargo las pruebas presentadas en el juicio establecen que el acusado recibió mucho más en sobornos de Odebrecht.
Testimonios, el libro de sobornos correspondiente y los registros bancarios confirman que Carlos Pólit Faggioni recibió $16.5 millones en sobornos de Odebrecht.
Los roles dentro de la estructura criminal
Entre los conspiradores reclutados por Carlos Pólit se encontraba su propio hijo, John Pólit, quien jugó un rol crucial al manejar las transferencias electrónicas de los sobornos desde Ecuador hacia cuentas en Miami.
Se reveló que John, bajo las órdenes de su padre, se convirtió en mago, y en un experto para «desaparecer» los sobornos, ademñas utilizó parte de los $16,5 millones en sobornos para comprar propiedades, como un condominio en Ecuador, y enviar fondos a Estados Unidos.
Además, otros actores clave fueron José Santos, quien facilitó el pago de sobornos, y Diego Sánchez, quien fue instruido por Carlos para coordinar con John la transferencia de fondos ilícitos, también se había nombrado a José Joaquín Franco como parte de las figuras con las que Jhon «negociaba».
Sabett Chamoun, asistente de Carlos Pólit y Juan Ribas, quienes operaban dentro de Ecuador, también participaron en el esquema.
Tamara Devos, por su parte, falsificó facturas que fueron utilizadas para ocultar los pagos de sobornos. Cada uno de estos individuos jugó un rol fundamental en la red de lavado de dinero dirigida por Polit, demostrando que el alcance del esquema criminal fue internacional y altamente estructurado.
El tribunal concluyó que Carlos Pólit abusó de su posición como Contralor General de Ecuador para facilitar el esquema de sobornos.
Gracias a su autoridad en este cargo público, Pólit pudo exigir más de $16 millones a empresas y personas, aprovechando la confianza que la sociedad depositaba en él.
La creación de una riqueza generacional de más de 40 millones de dólares no es simplemente un logro financiero, sino una marca indeleble de cómo se puede corromper la relación entre padre e hijo.
En lugar de crear un legado de integridad, Polit inculcó a sus hijos una herencia de crimen, desfalco y corrupción.
Este legado no es solo un reflejo de una familia, sino también una advertencia moral sobre cómo el poder y la avaricia pueden destruir los valores fundamentales que deberían unir a las familias.
El sofisticado mecanismo de blanqueamiento de los Pólit
El proceso de lavado de dinero fue aún más elaborado de lo que inicialmente parecía. John Pólit y sus colaboradores no solo utilizaron empresas como Plastiquim, Cosani, Italcom, y Tuberías Pacífico, sino que emplearon entidades adicionales para sofisticar el esquema de lavado.
Por ejemplo, empresas como Envases de Litoral y Plásticos de Litoral también realizaron pagos hacia Venture Overseas.
Según un analista financiero, los registros bancarios mostraron que estas empresas transfirieron al menos $10.2 millones entre 2011 y 2014, sin que existiera justificación legal para estos pagos.
Además, Diego Sánchez, un importante colaborador, también realizó pagos significativos — $398,000 en 2013-2014 y $510,000 en 2015 — a través de cuentas en Florida, todos estos manejados por John Pólit.
En el cuadro a continuación se pueden ver algunos ejemplos de las pruebas presentadas por el gobierno de los Estados Unidos sobre la solicitud y pago de sobornos en este caso.
El gobierno estableció que al menos $11,1 millones fueron blanqueados a través de esta compleja red de empresas y cuentas bancarias, mientras Carlos Pólit se mantenía como el verdadero cerebro detrás del esquema. Las transacciones involucraban múltiples niveles de intermediación, utilizando entidades offshore y facturas falsas para crear la apariencia de legitimidad.
Los registros revelaron que estas empresas realizaron pagos sustanciales a Venture Overseas entre 2011 y 2014, pero no se encontraron salidas correspondientes de esos fondos hacia estas mismas entidades, lo que sugiere que el dinero estaba siendo desviado.
En cuanto a los sobornos en efectivo, John Pólit proporcionó a los pagadores de sobornos cuentas bancarias para recibir los fondos de los sobornos en efectivo. Dos testigos testificaron sobre esto en el juicio:
- Mauricio Neme testificó que John Pólit proporcionó aproximadamente $395.000 en efectivo en Ecuador en 2014. Neme declaró que utilizó estos fondos como préstamo para su negocio, Tuberías Pacífico, y realizó los pagos a la cuenta de Venture Overseas en el sur de Florida bajo la dirección de John Polit.
- Diego Sánchez testificó que Carlos Pólit proporcionó aproximadamente $800.000 en efectivo en Ecuador entre 2013 y 2014. Sánchez testificó que envió aproximadamente $398.000 a una cuenta de fideicomiso de un abogado en el sur de Florida bajo la dirección de John Pólit. Sánchez también testificó que compró un apartamento en Quito que costó aproximadamente $400.000 bajo la dirección del acusado.
En paralelo, la hoja de cálculo también detalla compras de propiedades inmobiliarias en Florida a nombre de los hijos de Carlos Pólit — John, Charles y Karla — con fondos que claramente provienen de los sobornos.
De este modo, Pólit utilizaba estas empresas como vehículos para desviar los fondos ilícitos hacia cuentas y propiedades en el extranjero, escondiendo su origen ilegal y beneficiando directamente a su familia.
La sentencia de Pólit registra cuatro niveles de aumento
El aumento de 4 niveles aplicado a Carlos Polit en su sentencia se fundamenta en su papel como organizador o líder de una actividad criminal extensa que involucró a más de cinco participantes.
Según la Corte, este incremento aplica cuando se demuestra que el acusado ejerció control sobre otros y organizó el esquema criminal.
El cálculo de las directrices de Carlos Polit se fundamenta en la gravedad y el alcance de su conducta criminal es de 38 puntos con los que han sido calificados sus delitos, que son cruciales para determinar su sentencia.
Cada punto refleja un aspecto específico de sus delitos: el nivel base de 8 corresponde al delito inicial de lavado de dinero, mientras que el aumento de 20 puntos se relaciona con la cantidad de dinero lavado, que se sitúa entre $9,5 y $20 millones.
El abuso de confianza fue un elemento determinante en la condena de Carlos Pólit, ya que, sin su posición de autoridad, no habría tenido acceso a los fondos que luego lavó, esto le mereció 2 puntos más.
A pesar de que John Pólit manejaba las operaciones diarias del esquema de lavado, su padre fue identificado como el beneficiario final y líder del esquema que le da 4 puntos más.
Este uso indebido de su cargo público no solo facilitó la comisión de los delitos, sino que fue el motor que permitió la creación de la fortuna que Polit y su hijo intentaron ocultar.
Otros factores incluyen 2 puntos adicionales por su condena bajo el Código Penal de EE.UU., 2 puntos por el uso de técnicas sofisticadas para lavar el dinero.
Con este total de 38 puntos, el fiscal propuso una sentencia de entre 235 y 293 meses, lo que equivale a entre 19 y 24 años de prisión, reflejando la severidad de los delitos cometidos y el alto impacto de la corrupción a nivel institucional.
Los niveles de sus delitos, según la justicia de los Estados Unidos, serían estos:
El portal La Fuente – Periodismo de Investigación ha publicado más de una docena de reportajes detallados sobre Carlos Pólit, excontralor del Ecuador, revelando las tramas de corrupción, lavado de activos y abuso de poder que lo vinculan a casos de alto perfil.
Estos trabajos periodísticos, en su mayoría realizados por Fernando Villavicencio, profundizan en la magnitud de sus delitos y el impacto devastador que su red de corrupción tuvo en el país.
Villavicencio descubrió cómo altos funcionarios del gobierno de Correa recibían pagos millonarios de grandes empresas a cambio de contratos estatales; durante años siguió de cerca la trama de corrupción de la «década de sobornos», vinculada al sistema conocido como “Arroz Verde” o Caso Sobornos, como lo denominó la Fiscalía en su investigación.
Villavicencio fue clave en exponer los entramados de corrupción que conectaban a Pólit y a altos funcionarios del gobierno ecuatoriano.
En una sesión en la Asamblea Nacional, eufórico y contundente, Villavicencio increpaba a la bancada correísta:
“Quieren algo más, el 85% de los presos que están en la cárcel de Latacunga, no suman ni el 5% de la fianza que pagó este miserable de Carlos Pólit a la justicia de Estados Unidos, sacó $14 millones del bolsillo, ¿de dónde pues? Porque ese sin verguenza se robó las coimas y los sobornos, de nuestra patria, la patria de ellos que era su chequera. El delincuente de cuello blanco saca $14 millones, tu pana, el contralor 100/100”
Fernando siempre habló con firmeza sobre el costo real de la impunidad; la corrupción y el lavado de dinero no son crímenes sin víctimas.
Resulta curioso que la defensa de Carlos Pólit intente suavizar su responsabilidad argumentando que, a pesar de su edad, ha sido un «pillo buena gente» que ha compartido sus riquezas con los más necesitados. Este razonamiento es absurdo y cobarde, por decir lo menos.
Los crímenes de corrupción y lavado de dinero tienen un impacto devastador en la sociedad: erosionan la confianza en las instituciones, perpetúan la desigualdad y desvían recursos que deberían haber mejorado la vida de miles de personas. No hay justificación para tolerar actos que tanto daño causan al país.
¿A quiénes está encubriendo Pólit?
A pesar de las pruebas abrumadoras y de que Pólit se enfrenta a una larga condena, surge una pregunta inevitable: ¿A quiénes está protegiendo? Las declaraciones de los testigos y la documentación del juicio dejan entrever que Pólit no operaba solo.
Durante su tiempo como contralor, figuras clave del gobierno de Correa estaban involucradas en decisiones estratégicas relacionadas con el sector energético, uno de los principales focos de los sobornos.
Como parte de esta cobertura, Marieta Campaña ha entrevistado a Felipe Rodríguez, que se encuentra también en Miami para vivir, en primera fila, la sentencia a Pólit.
En la entrevista, Felipe Rodríguez, hijo de Jorge Rodríguez, miembro de la Comisión Anticorrupción perseguido por el mismo Pólit, subraya que la sentencia en EE.UU. marca el fin de su impunidad.
Rodríguez recalca que Pólit acusó falsamente a los denunciantes de calumniarlo, pero ahora la verdad ha salido a la luz. “Todo lo que dijo la Comisión Anticorrupción era cierto”, afirma Rodríguez, refiriéndose a los delitos de lavado de dinero y desvanecimiento de glosas cometidos por Pólit.
Pólit, al inmolarse ante la justicia, podría estar cubriendo a otros altos funcionarios que también se beneficiaron de los contratos adjudicados a Odebrecht. Las conexiones entre el sector energético y la red de sobornos apuntan a la posible participación de actores políticos de mayor peso, quienes hasta ahora han escapado de la justicia.
El caso de Carlos Pólit no es solo la caída de un excontralor corrupto, sino un reflejo de la profunda podredumbre en las esferas más altas del poder ecuatoriano, pero confirma que ni el más poderoso funcionario del correísmo podrá disfrutar de su dinero malhabido y tanto él como su familia quedará marcada con la verguenza del delito del asalto a la patria.
Cuando el juez estadounidense dicte su sentencia, el nombre de Carlos Pólit quedará marcado como uno de los más infames en la historia de la corrupción ecuatoriana.
Pero su condena también abre un nuevo capítulo en la búsqueda de justicia, uno que no puede concluir hasta que todos los responsables sean llevados ante la ley.