Caso Villavicencio: Siete días de audiencia retratan la estructura de los autores materiales del magnicidio



Caso Villavicencio: Siete días de audiencia retratan la estructura de los autores materiales del magnicidio

Redacción La Fuente - Periodismo de Investigación8 julio, 202424min2722
Redacción La Fuente - Periodismo de Investigación8 julio, 202424min2722
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Después de siete días intensos de audiencia de juzgamiento, se ha revelado con mayor claridad la compleja estructura y logística detrás de la ejecución del aspecto material del asesinato de Fernando Villavicencio, el 9 de agosto de 2023, a la salida de un mitin político en la ciudad de Quito. 

Las pericias telefónicas mostraron la estrecha comunicación entre los implicados, con interacciones constantes que revelan una coordinación precisa y detallada. 

Así mismo la información sobre «El Invisible» y sus privilegios en prisión subraya la corrupción y las fallas en el sistema penitenciario, permitiéndole dirigir operaciones desde su celda sin impedimentos. 

Otros elementos que se exhibieron en esta semana fueron los perfiles psicológicos de los acusados que han dejado claro su carácter inescrupuloso y propenso a la violencia, eliminando cualquier intento de justificar sus acciones por sus circunstancias personales.

Estos elementos no solo han brindado información vital sobre el contexto del crimen, sino que también han expuesto la meticulosa planificación y coordinación entre los involucrados.

Lastimosamente, una de las revelaciones más sorprendentes ha sido la ausencia de una reconstrucción de los hechos, una omisión que ha desconcertado tanto a la defensa como a los familiares de la víctima. 

Esta falta representa un vacío importante en la investigación, privando al proceso de una herramienta crucial para entender la dinámica exacta del asesinato y la participación de cada acusado. 

La reconstrucción podría haber ofrecido una perspectiva detallada sobre cómo se desarrollaron los eventos, lo que genera preocupación sobre la exhaustividad de la investigación.

A pesar de las omisiones y las decisiones judiciales que han generado controversia, Tamia y Amanda Villavicencio, hijas del periodista y candidato presidencial, están comprometidas con el proceso y seguirán firmes en su búsqueda de verdad y responsabilidad. Su objetivo es desentrañar la trama hasta llegar a los autores intelectuales y poner al descubierto todas las omisiones y actos dolosos por parte de las autoridades estatales.

Sin reconstrucción de los hechos

La bala fatal que terminó con la vida de Fernando Villavicencio, candidato presidencial ecuatoriano, asesinado por sicarios el 9 de agosto, no ha sido inventariada dentro de la investigación de los autores materiales del crimen.

Aunque los ecuatorianos vimos, a través de videos cómo fue el crimen, y que el asesino colombiano Johan Castillo López, alias Ito, fue el perpetrador, sorprende que cuando el perito citado en el quinto día de audiencia al ser consultado sobre el destino de la bala, este haya respondido que no se lo conoce.

¿Cómo puede ser? Aparentemente, nunca se hizo una reconstrucción de los hechos que permitiera determinar la verdadera trayectoria de la bala. El detalle refleja una clara negligencia, en un proceso investigativo vital.

Incluso, varias personas que estuvieron en el lugar, y que no han sido llamadas a declarar, cuentan que tras el tiroteo y cuando el peligro pasó, algunos de los seguidores de Villavicencio trataron de resguardar la escena, especialmente los casquillos de balas, con las propias lonas del candidato. “Pero al final, ni se los recogió. Creo que los barrieron, igual como pasó en el 30 S”, dice una de las personas que prefirió no identificarse.  aseguró.

Alejandro Tamayo, oficial encargado de la inspección técnica, describió al tribunal la complejidad de las pruebas encontradas en el lugar del crimen.  Se expuso un panorama forense detallado que puso de relieve tanto las deficiencias en la investigación como la brutalidad del crimen. En la escena del crimen, se recuperaron solo 60 indicios balísticos, incluyendo numerosas vainas de calibre 9 milímetros y armas largas de calibre .223. 

El día del crimen, «El Invisible» dio la orden fatal 

Durante las horas previas al magnicidio de Fernando Villavicencio, en las afueras del Coliseo del Colegio Anderson en el norte de la capital, el fatídico 9 de agosto, hubo al menos 73 llamadas entre dos supuestos responsables del crimen. Estos personajes aparecen en celulares periciados, registrados como INV1 (supuestamente El Invisible, Carlos Angulo, actualmente en La Roca) y otro registrado como El Cura (José Montaño Cuadro, asesinado en la Cárcel de El Inca, bajo custodia del SNAI).

Entre las interacciones del contacto INV1 también se pudo determinar la existencia de reiteradas comunicaciones con el contacto de Johan Castillo (alias Ito, quien también está muerto al haber sido disparado por la seguridad de Villavicencio, tras haber perpetrado el crimen contra el candidato). Las interacciones entre estos dos usuarios, durante el 9 de agosto, suman 58. 

Entre estas, se revelaron los últimos mensajes de El Invisible que darían luz verde al magnicidio. 

  • 17:47, «Bien broder»
  • 17:48 por «Como usted vea lo pega hermano»
  • 17:53, se registra «Confío en usted. Usted controla bien», evidenciando una comunicación directa y confidente entre los perpetradores. 
  • 18:11, se menciona simplemente «Hágale»
  • 18:21 se registran llamadas telefónicas. 

Estos mensajes, presentados como pruebas contundentes durante el proceso judicial, ilustran la complicidad y la organización entre los acusados en el caso del asesinato. Cada frase, desde la confirmación de acciones hasta la instrucción precisa, revela un nivel de planificación cuidadosamente estructurado que ahora forma parte crucial del testimonio, clave para el veredicto.

La estructura criminal de los autores materiales queda al descubierto

Cuando escuchamos la integralidad del testimonio del testigo protegido salieron a la luz algunos elementos nuevos, entre ellos la participación de alias “Chino Onda” y también conocimos el alias de Montaño Cuadro que sería El Cura. 

De acuerdo al testimonio del testigo protegido, había sido El Cura, justamente quien le había mencionado que el crimen había tenido un precio de $200.000 y “le mandó a hacer el gobierno de Correa”.

Testigo protegido apunta al «Gobierno de Correa» por crimen de Fernando Villavicencio

También vale la pena recordar que El Chino Onda se encuentra sentenciado a 34 años de prisión por el asesinato de Harrison Salcedo, alias Hulk, abogado de Jorge Glas y Rasquiña. 

Tanto El Invisible como El Cura, junto con el Chino Onda, serían las cabezas más altas del tema logístico del asesinato. El Invisible estaría vinculado a los sicarios colombianos que llegaron al país para ejecutar el sicariato, mientras el Chino Onda tuvo a su cargo a los ecuatorianos, que ahora mismo están siendo juzgados.

Esta infografía revela los distintos niveles de participación de los autores materiales del magnicidio y exhibe a varios personajes que, hasta ahora, no han sido incluidos en esta etapa de la investigación. 

La Fiscalía, a través de la fiscal Ana Hidalgo Guayaquil, ha asegurado que estos personajes serán considerados en el proceso futuro, en el marco de la investigación de los autores intelectuales. 

Además, se espera que se profundice en los actos y omisiones de las instituciones estatales que han contribuido a esta tragedia, desentrañando así la complicidad y negligencia que rodearon el asesinato de Fernando Villavicencio.

Pericias telefónicas colocan a los autores materiales en el escenario del crimen

Dentro de las pericias presentadas durante estos días de audiencia, se exhibieron los patrones de interacción en llamadas y mensajes entre los miembros de la agrupación delictiva, especialmente los días 8 y 9 de agosto. 

Estos patrones revelaron una coordinación meticulosa y constante entre los sicarios, evidenciando la organización y planificación detrás del asesinato de Fernando Villavicencio. 

Sin embargo, una revelación crucial fue que el móvil utilizado en la Cárcel de Latacunga había estado activo desde el 19 de abril de 2023, conectado a un proveedor de internet Megaspeed. Este sería el teléfono de alias El Invisible. 

El descubrimiento del teléfono móvil activo en la Cárcel de Latacunga subraya la penetración de la organización criminal en el sistema penitenciario y plantea serias preguntas sobre la seguridad y control dentro de las cárceles. 

Este hallazgo no solo expone la facilidad con la que los internos acceden a recursos externos, sino que también evidencia una posible complicidad interna.

La Fiscalía y los abogados de la familia Villavicencio subrayan la importancia de esta información, que podría ser clave para desmantelar la red y asegurar que todos los implicados en el asesinato, tanto dentro como fuera de la cárcel, sean llevados ante la justicia.

Ocho mil interacciones telefónicas se hicieron entre los involucrados los días 8 y 9 de agosto 

La pericia de las llamadas y su geolocalización ha sido crucial en las pruebas presentadas por la fiscalía durante la audiencia de juzgamiento de los autores materiales del asesinato del periodista y candidato presidencial Fernando Villavicencio. 

Esta evidencia sitúa a todos los implicados en el lugar y la hora del crimen, proporcionando un mapa detallado de sus movimientos y actividades. La información recopilada demuestra la presencia de los acusados en zonas clave como Monjas, Quitumbe y las avenidas Gaspar de Villarroel y Amazonas, donde ocurrió el magnicidio.

El análisis telefónico realizado por Alejandro Puertas Realpe, cabo primero de la Policía Nacional y analista de la DINASED, ha sido determinante. Tras examinar al menos 8.000 llamadas entre los vinculados durante el 8 y 9 de agosto de 2023, se revelaron patrones de comunicación y ubicaciones precisas de todos los involucrados. 

Estos hallazgos no solo corroboran la participación activa de los acusados en el crimen, sino que también fortalecen la narrativa de la Fiscalía, proporcionando una base sólida para la acusación y destacando la coordinación meticulosa entre los perpetradores.

Los hallazgos de las interacciones entre diversos celulares pertenecientes a los vinculados al crimen, en la etapa de autores materiales, sirvieron para realizar los posteriores allanamientos tanto en Monjas como en Quitumbe.

Este análisis reveló que al menos seis números telefónicos estuvieron activos en la escena del crimen, uno de ellos vinculado a Alexandra C., quien supuestamente informó sobre los movimientos de Villavicencio aquel fatídico día. 

Además, se realizaron análisis comparativos entre diferentes partes presentadas, verificando la vinculación entre los números analizados. Se destacó la importancia del análisis técnico de dispositivos y redes, como la identificación de IMEI y IMSI, y la solicitud de información a servicios como WhatsApp. 

De igual forma, los informes periciales han revelado una red compleja de comunicaciones entre los sospechosos y terceros. 

Estas comunicaciones incluyen imágenes del lugar del crimen y referencias explícitas que podrían vincular directamente a los acusados con la planificación y ejecución del asesinato, fotos del candidato, videos de las armas que usarían, fotografías de las granadas e incluso de los propios procesados. 

Por otro lado, se informó que se utilizó “fuerza bruta” para acceder a los datos del celular de uno de los sicarios, así mismo que hubo un par de teléfonos que no pudieron ser explotados ya que no contaban con las condiciones para la pericia. 

Los perfiles sicológicos de los procesados revelan peligrosidad y voluntad de causar daño

Las evaluaciones psicológicas de los procesados revelan una alarmante falta de escrúpulos y predisposición a la violencia, sin que sus antecedentes personales sirvan como justificación para sus actos. 

Laura C, alias La Flaca, quien es pareja sentimental del testigo protegido, a pesar de no mostrar conductas violentas ni tener antecedentes psiquiátricos, presenta un trastorno paranoide de la personalidad caracterizado por conflictividad, resentimiento y celos enfermizos. Su historial penal por tenencia de armas y su personalidad paranoica subrayan su peligrosidad. 

Erick R. alias El Gato, que se mostró colaborador durante la evaluación y sin signos de alteración emocional, tiene antecedentes por robo y consumo de sustancias. Su trastorno antisocial de la personalidad y tendencia a la violencia lo presentan como un individuo capaz de transgredir las normas sin remordimientos.

Víctor F., ciudadano colombiano, también mostró cooperación durante la evaluación, sin alteraciones emocionales visibles. No obstante, sus antecedentes por robo y tenencia de armas, junto con su consumo habitual de sustancias, lo perfilan como un individuo de personalidad límite, con inestabilidad emocional extrema y conductas impredecibles y agresivas. 

Alexandra Ch., que exhibió un bajo ánimo y sin actitudes impulsivas, tiene un pasado marcado por abuso sexual, violencia intrafamiliar y es madre soltera.  Su perfil psicológico, que destaca rasgos de personalidad masoquista y narcisista, la presenta como una persona con una variable estabilidad emocional. 

De Carlos A., alias El Invisible, no se expuso el perfil sicológico. 

Según el perito a cargo de estos perfiles sicológicos concluyó que a pesar de las dificultades personales que han enfrentado, los cuatro individuos estaban plenamente conscientes de sus acciones y comprenden perfectamente las repercusiones y consecuencias de los actos que cometieron. Sus acciones no son producto de un simple impulso, sino de una deliberada intención de causar daño, reafirmando así su peligrosidad social.

Los privilegios de alias El Invisible

El subteniente Guzmán, encargado del allanamiento del pabellón 5 de máxima seguridad del CRS Latacunga, detalló la incautación de varios elementos sospechosos.

“Dentro de este pabellón se encontraron celulares, no recuerdo el número ahorita, se encontraron nueve porta Sims, 21 cartuchos, dos routers de wifi,” explicó Guzmán. Estos descubrimientos dejan dudas sobre el nivel de control y seguridad dentro de la prisión, así como sobre las actividades ilegales que podrían haberse llevado a cabo.

Además, Guzmán describió la celda de Carlos Angulo, alias «El Invisible,» como privilegiada: “Se pudo evidenciar que esta celda tiene una infraestructura privilegiada en cuanto a espacio y en cuanto a adecuaciones”. Este detalle sugiere que Angulo habría tenido un trato especial, que a su vez denota posibles implicaciones de corrupción en el sistema penitenciario.

Gracias a estos privilegios, Angulo habría podido realizar todas las llamadas detectadas, entre esas, la que dio luz verde para el asesinato de Fernando Villavicencio. También se ha podido conocer que Angulo tuvo acceso a telecomunicaciones a través de la empresa Mega Speed, de propiedad de Angel Benigno Condolo Guaya.

El desenlace de esta semana de audiencias ha puesto al descubierto no solo la estructura criminal meticulosamente organizada detrás del asesinato de Fernando Villavicencio, sino también las profundas falencias en el sistema judicial y penitenciario ecuatoriano. 

Las omisiones en la investigación y las revelaciones sobre la influencia de ‘El Invisible’ desde prisión plantean serias interrogantes sobre la eficacia del Estado para combatir el crimen organizado. 

Mientras la búsqueda de justicia continúa, las familias de las víctimas y la sociedad ecuatoriana esperan respuestas claras y acciones contundentes para asegurar que todos los responsables, tanto materiales como intelectuales, enfrenten la plenitud de la ley.