Según las valoraciones preliminares Alejandra Vivanco, exfuncionaria de la Contraloría entre 1997 y 2017, es la mejor puntuada, con 49,5 puntos de 50 posibles.
El reglamento de calificación establece que la formación académica se valora hasta 15 puntos; la experiencia laboral con otros 15 puntos; la experiencia específica con un valor similar y otros méritos hasta por 5 puntos. Pero los altos valores que registra el expediente de Vivanco no tienen consonancia porque no acredita experiencia en docencia ni participación ciudadana. No cuenta además con publicaciones indexadas ni libros publicados. Llama también la atención de haber incluido las escrituras de su casa dentro de los requisitos y que no haya presentado su declaración juramentada al momento de la postulación.
A pesar de esto, solamente se le han restado 0,5 puntos y en menos de 24 horas hubo cambios en la valoración de los aspirantes a la máxima autoridad de Contraloría. Resulta incluso anecdótico que el presidente de la comisión, Marco Chalco, haya dicho que un expediente (el de Guido Escobar Pérez) “no le deja dormir” y se le hayan restado puntos porque, según él, estuvo “sobrevalorado”, mientras las calificaciones de Vivanco son las más alta sin cumplir lo citado anteriormente ¿Hay algún interés detrás de esta calificación a Vivanco? ¿Quién está detrás de esto? ¿A quién se quiere beneficiar? En las sombras se vislumbran actores políticos y exasambleístas que persiguen intereses y operan a través de miembros de la comisión.
Estas preguntas, con algo de suspicacia, encuentran un indicio de respuesta si miramos hacia atrás. Es necesario recordar que Alejandra Vivanco fue funcionaria de la Contraloría General de Estado y fue parte del equipo de Carlos Pólit, investigado por el caso Odebrecht. Se debe recordar que Pólit intentó nombrar, a su salida, a Sabett Chamoun como la contralora subrogante, pero se determinó que no existió la documentación necesaria para esto, por lo que se configuró un delito de usurpación y simulación de funciones en la Contraloría, por lo que se condenó a un año de cárcel a Chamoun, así como el pago de cuatro salarios básicos unificados y pedir disculpas públicas a la institución.
Vivanco, en ese momento, se desempeñaba como especialista jurídica de la entidad y fue quien irrumpió en el despacho del contralor, junto con Chamoun grabó a Pablo Celi cuando este rompió el documento que lo despojaba de sus funciones como contralor subrogante y que fue viralizado a través de redes sociales. Las imágenes de su presencia son públicas.
Además es determinante la visita de Vivanco a Rafael Correa en Argentina, en mayo de este año. Dicho viaje está reflejado en los movimientos migratorios de la abogada e incluso Correa, a través de su cuenta de Twitter, publicó una foto junto a ella y otras personas. ¿Qué discutió durante esa reunión la postulante a la CGE?
Alejandra Vivanco también fungía como jueza civil de coactivas de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros, al mismo tiempo que se desempeñaba como abogada de libre ejercicio, siendo patrocinadora de la constructora Hidalgo e Hidalgo, señalada por este portal y la Fiscalía General del Estado en la trama del caso Sobornos. Si el “plan Vivanco” falla el segundo mejor calificado es Juan Falconí Puig, el hombre de Odebrecht, el de las relaciones estrechas de Glas, el cerril enemigo de Fernando Villavicencio.
Solo para recordar la impronta de Falconí Puig, les dejamos estos recuerdos
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