Luis Sigcha Culqui, 60 años, experimentado enderezador automotriz, se presentó ante el notario septuagésimo octavo del Distrito Metropolitano de Quito y bajo juramento recordó como en 2012 le salvó la vida a Diego Vallejo.
Vallejo fue un militar, héroe del Cenepa, con conocimientos de inteligencia financiera; fue asesor de José Serrano en el Ministerio de Justicia y se separó porque descubrió irregularidades, en poco tiempo hizo acusaciones públicas por hechos de corrupción del gobierno y eso detonó su persecución y encarcelamiento.
Entonces estaban presos y Sigcha era caporal del pabellón F del Centro de Detención Provisional (CDP) de Quito. El 14 de septiembre de 2012 el líder del grupo llamado come muertos con cuchillo en mano caminaba a cobrar la vida de Vallejo. Me coloqué delante y forcejé con quién tenía el cuchillo, dijo en la declaración.
En el CDP se regó el rumor que el ex asesor del Ministerio de Justicia era un infiltrado que investigaba las mafias de las prisiones. Sigcha, que entonces tenía 51 años, medió con los come muertos, les convenció que no era un espía; le perdonaron la vida a cambio de 7 mil dólares.
La declaración será parte del recurso de revisión que la defensa de Vallejo presentará en la Corte Nacional de Justicia en pocas semanas y se suma a otras declaraciones que identifican cómo los principales funcionarios del Estado acordaron aplastarlo.
El recurso de revisión en el caso se gestó hace algo mas de un año cuando William Galeano, que también fue detenido y sentenciado con Vallejo, interpuso el recurso en la Corte Nacional.
Pero Vallejo no planteó la revisión porque un funcionario del Consejo de la Judicatura le dijo que José Serrano, como asambleísta y presidente de la Comisión de Justicia de la Asamblea había influido para impedir el trámite.
La salida de la esfera del poder de Serrano abre el camino para que la justicia acceda al rompecabezas completo de la persecución.
Segundo juramento
El 1 de marzo de 2012 Victor Oswaldo Rivadeneira Macías, abogado y agente operativo de inteligencia, que fue usado para sembrar pruebas en contra de Vallejo y Galeano, rindió una declaración juramentada en la notaría 43 de Guayaquil y por segunda ocasión se ratificó en la historia cómo se planificó la celada. Rivadeneira ya había declarado bajo juramento el 22 de febrero de 2019, ante el cónsul Marino Bustamante en Bogotá, Colombia, sin embargo la nueva declaración tiene mayor contexto y detalles del caso.
Rivadeneira trabajó con Vallejo en la denuncia por irregularidades en el proceso de selección de Carlos Polit como Contralor General del Estado y por el robo de información del Consejo de Participación Ciudadana que favoreció la elección de Galo Chiriboga como Fiscal General.
Rivadeneira Macías recordó que en abril del 2012 le visitaron el capitán Pedro Pablo Luna con otros agentes que se identificaron como miembros de la Unidad de Gestión de Seguridad Interna de la Presidencia de la República (UGSI).
Luna le entregó un teléfono y recibió una llamada de Rommy Vallejo, entonces asesor de la UGSI y le dijo que estaba atentando contra la seguridad interna del Estado. Según el mensaje del asesor de la Unidad de Gestión él y Vallejo Cevallos habían realizado muchas denuncias falsas que generaron graves problemas para el desarrollo de la política interna del país. Rommy Vallejo, amenazante, leyó varios de los hechos, pero el más importante, dijo, era que Diego Vallejo tenía información sensible de la revuelta Policial del 30 de septiembre: si se hacía pública, el ministro Serrano iba a quedar mal ante el presidente.
Entonces Rommy Vallejo le amenazó: lo mejor era hacer caso a las disposiciones que ellos nos iban a dar, porque sino íbamos a terminar metiéndonos en graves problemas, que incluso nuestra familia podría sufrir graves consecuencias.
Rivadeneira, radicado en Guayaquil, viajó a Quito y se reunió con agentes de la Unidad de Gestión de Seguridad Interna de la Presidencia le llevaron a una casa de seguridad.
Allí conoció a Rommy Vallejo y su primo Santiago Mena Vallejo, también asistió Francisco Javier Piñeiros Albuja, quien también asesoró a José Serrano Salgado. Fui testigo que él también (Piñeiros) recibió las mismas amenazas que en su debido momento me manifestaron los otros miembros policiales .
Rivadeneira detalló los seguimientos a Diego Vallejo Cevallos y reiteró las amenazas: nos manifestaron que si no hacían lo que decían íbamos a terminar muy mal.
En la declaración juramentada Víctor Rivadeneira Masías explicó las disposiciones: que siempre íbamos a estar seguidos por miembros policiales de diferentes unidades, íbamos a estar monitoreados con los equipos de interceptación telefónica en poder de la Dirección General de Inteligencia . Rivadeneira al igual que Francisco Piñeiros recibieron grabadoras y otros medios con la finalidad de que enviaran a un correo electrónico todas las actividades de Vallejo. El correo [email protected] fue el único que pudo salvar , inteligencia de la policía tenía monitoreado todas sus cuentas electrónicas y números telefónicos celulares y convencionales.
Se le ordenó comunicarse constantemente con el oficial Pedro Pablo Luna, que tenía el número 099680654. En la investigación que se llevó por este caso, se anexaron los reportes de llamadas telefónicas del teléfono de Víctor Rivadeneira. Las diferentes reuniones que tenía en Quito con Vallejo fueron monitoreadas todo el tiempo por miembros policiales.
Vallejo Cevallos ha logrado identificar seis números telefónicos de la Presidencia de la República que fueron usados para coordinar el operativo a Galiano y Vallejo Cevallos. La Corporación Nacional de Telecomunicaciones no ha entregado aun detalles de esos equipos que operaron con la empresa estatal Alegro.
El operativo tomó fuerza cuando Diego Vallejo viajó a Lima para coordinar acciones junto a Transparencia Internacional capítulo Perú. Las reuniones las monitoreó el propio ministro José Serrano Salgado.
A su regreso Rommy Vallejo le informó a Rivadeneira que existía una coordinada acción de la Secretaría Nacional de Inteligencia, aprobada por el propio secretario Pablo Romero Quezada, para desacreditar a Diego Vallejo. Le entregaron un comunicado anónimo a su esposa.
Luego el mismo Rommy Vallejo juntó a Rivadeneira con la agente María Fernanda Galarraga, alias Karen Jaramillo, quien se hizo pasar como su pareja: la presenté como tal a Diego Vallejo, y además le manifesté que trabajaba en el Consejo de la Judicatura, como asistente del presidente del Consejo de la Judicatura Transitorio, en ese entonces Paulo Rodríguez Molina.
Rivadeneira narró, incluso, el número telefónico que estuvo en poder de la agente Karen, 0999911944 y los detalles previos a la trampa que el Estado le puso a Diego Vallejo. Nos contactaron a mí y a Francisco Javier Piñeiros para reunirnos en la Cruz del Papa, donde llegó una furgoneta KIA color gris, vidrios polarizados, en cuyo interior era una mini oficina, y había equipos de interceptación telefónicas, allí estaba Rommy Vallejo y Santiago Mena, en ese momento hicieron una llamada desde el teléfono de Rommy Vallejo y puso el altavoz y contestó José Serrano Salgado, Ministro del Interior, él manifestó cómo debía ser el operativo que iba a detener a Diego Vallejo, el cual consistía que se iba a disponer de dos mochilas idénticas, la cual en una mochila iba a tener doble fondo y en ella dos armas de fuego, y en la otra mochila debería haber documentos que debían ser entregados a Diego Vallejo.
Rivadeneira explicó cómo varias instituciones del Estado se alinearon para acabar con el ex asesor el Ministerio de Justicia: en la Fiscalía ya estaba todo coordinado y tenía conocimiento el Fiscal General Galo Chiriboga y que él había dispuesto una reunión con la fiscal Tania Moreno.
Rivadeneira dijo que el mismo Galo Chiriboga le dio a conocer que Tania Moreno debía coordinar todas las actividades. Estuvimos reunidos (con Tania Moreno) y se acordó que nosotros no debíamos volver a aparecer por nada del mundo luego de la detención.
La víspera
Un día antes de que Diego Vallejo sea detenido se reunió en el bar Azuca, Plaza Foch, con Rivadeneira y la agente Karen. Esta reunión fue detallada en el juicio que se siguió en contra de Vallejo por asociación ilícita tenencia ilegal de armas.
Los nuevos aportes de Rivadeneira a este caso es que asegura que alias Karen forzó dicha reunión en el bar para evaluar si Diego Vallejo sospechaba de la emboscada en su contra. Explicó que el operativo estaba coordinado por la SENAIN, la Dirección General de Inteligencia, la UGSI, la Fiscalía General del Estado y el Ministerio del Interior.
Ese día cumplí con entregarle a Diego Vallejo la mochila solo con documentos para que luego la Policía pueda hacer el intercambio de la mochila, durante el operativo y pueda encontrar las armas implantadas por las personas anteriormente mencionadas. Escuché de Pablo Luna cuando llamó a Rommy Vallejo que el operativo estaba coordinado por cuatro cuadras a la redonda del Centro Comercial CCI, y que Diego Vallejo iba a caer o caer, que no había de otra a lo que contestaron que luego de la detención se iba a acercar a la Fiscalía a coordinar todo lo jurídico, la abogada Lady Zúñiga Rocha, asesora del Ministro del Interior.
En la audiencia de Flagrancia, José Serrano había coordinado con el coronel de Policía, Rodrigo Fabian Proaño Barba, para que en el informe de la detención se establezca que la mochila estaba en manos de Diego Vallejo, por lo que se tuvo que esperar que haya cambio de turno para que se pueda realizar la audiencia ya que la Fiscal de Flagrancia, Sandra Rosillo, tenía órdenes directas del fiscal General Chiriboga.
Rivadeneira declaró además que se encontraba con Francisco Piñeiros que recibió una llamada de Diego Vallejo que le dijo que llame al Viceministro del Interior, Javier Córdova y que tenía 30 minutos para dejarlo libre, porque él sabía del montaje de Serrano, sino que se atenga a las consecuencias.
Piñeiros le dio el mensaje a Javier Córdova y éste le respondió que no se meta, que Diego Vallejo se iba a quedar detenido, que Lady Zúñiga ya había coordinado con Paulo Rodríguez para que la jueza a cargo de la audiencia, Laura López Acurio, no le dicta medidas alternativas a la prisión preventiva.
Antes de la audiencia, Rivadeneira se reunió nuevamente con el capitán Pablo Luna, Francisco Piñeiros y la fiscal Tania Moreno, esta vez en su oficina, quién les manifestó qué es lo que se debía y no debía decir en la audiencia y que el testimonio de Rivadeneira ya estaba adecuado y coordinado con el informe del perito informático, el cual ya había sido modificado para que sea creíble. En la reunión participó Lady Zúñiga Rocha, quien les dijo que no se preocupen que no íbamos ser involucrados, porque para esa época el nuevo Consejo de la Judicatura era coordinado ya por Gustavo Jhalk.