Al menos tres esferas del poder político -relacionadas con el narcotráfico- fueron tocadas, incomodadas, desnudadas por las investigaciones y denuncias de Fernando Villavicencio, periodista y candidato presidencial, asesinado el 9 de agosto del 2023. Aunque durante más de 40 años, Fernando hizo una carrera impecable en el periodismo; los últimos 15 años, pudo distinguir con mayor claridad el origen de la corrupción y de la impunidad: las mafias narco-políticas que fueron extendiendo sus tentáculos hasta en los menos pensados rincones de la institucionalidad ecuatoriana.
Esta no es una reinterpretación de una obra de Botero. Es una caricatura del poder político mezclado con las opulencias del poder económico producto de la narcocorrupción en una piscina, cualquier parecido con la realidad es una cómica coincidencia.
Fernando Villavicencio no solo se enfrentó a las mafias descritas en el Caso Metástasis, que como revelan esos chats, planificaron de manera meticulosa un plan para silenciarlo. Entre abril y junio del 2023, hay indicios de que Fernando Villavicencio libró otra dura batalla, que habría tocado las fibras íntimas de un grupo de poder guayaquileño, al anunciar una investigación sobre empresas offshore.
Ha transcurrido un año desde el brutal asesinato de Fernando Villavicencio, pero la justicia aún no ha dado con los autores intelectuales del crimen. Si bien se juzgó a los 5 autores materiales sobrevivientes con las máximas condenas; un año después el caso sigue cubierto por un velo de impunidad. Sobre todo al no poder aún conocer el avance de una serie de investigaciones reservadas que estaría llevando adelante la Fiscalía.