Varios femicidios cometidos en estos años, tienen un denominador común: los cometieron servidores públicos, pertenecientes a la policía, FFAA, bomberos. La impunidad campea.
Lo que parecería ser una serie de eventos desafortunados, vinculados a la seguridad interna del país, ha sido la característica de las primeras semanas del 2022. Tales hechos ponen en la palestra una reflexión sobre la vida del país y las consecuencias del manejo negligente de las instituciones de seguridad; una condición que Ecuador viene arrastrando hace al menos diez años.