“Hubo como más de 30 muertos, disculpe la palabra, pero había gente que moría, cogían y envolvían con sábanas, a los familiares les daban $10.000 o $5.000 mil dólares y enterraban como a perros”. Migrantes y comuneros empobrecidos murieron sepultados después ingresar a orificios de 8 o 10 metros de profundidad hechos con las retroescavadoras para batear.