La escasez de fármacos ha estancado los tratamientos de pacientes con enfermedades catastróficas. Padres, hijos, hermanos de estos pacientes han padecido con ellos los efectos de esta gran deficiencia y han tenido que cargar con gran parte de los costos con tal de no dejar a la deriva a sus seres queridos. Hasta fin de año $132 millones saldrán del bolsillo de los usuarios por falta de medicinas.