La Empresa Nacional Minera (Enami) y la estatal chilena del cobre (Codelco), insisten en concretar la constitución de la empresa Llurimagua Cooper Company Sociedad Anónima, que permitirá desarrollar el rico yacimiento de cobre denominado Llurimagua, en la zona de Intag, provincia de Imbabura, con reservas metálicas sobre los 30 mil millones de dólares.
Información levantada por este portal da cuenta que en agosto pasado se retomaron los análisis jurídicos basados en “un nuevo modelo de negocio” y así aprobar el pacto de accionistas de la empresa.
El Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables ha buscado caminos para concretar la sociedad anónima, alejada de las cláusulas abusivas que Codelco intentó imponerle al país. El pasado abril este portal publicó un informe llamado Llurimagua, La Fiebre del Cobre en el que se evidenció que en el pacto de accionistas se incluía una cláusula llamada “Deadlock”, que buscaba la venta forzosa de las acciones de Enami si no contaba con el capital para invertir en la mina.
El presidente Lenín Moreno aseguró no estar de acuerdo con la constitución de la sociedad anónima bajo las normas que pretendían imponer, dijo además contar con un informe desfavorable de la Secretaría Jurídica de la Presidencia y calificó a ese acuerdo como “pendejada”.
La publicación congeló las conversaciones y las intenciones de Codelco, expresadas por sus abogados del estudio Pérez Bustamante Ponce. Pero luego del susto intentan constituir la empresa.
En un oficio del pasado 9 de julio el ministro de energía y recursos naturales no renovables, René Ortiz, le dijo a la minera chilena que la falta de recursos estatales obligan a que sea la iniciativa privada la que asuma esa tarea:
La Empresa Minera Estatal, debe dar un paso al costado en los proyectos en que ha pretendido emprender. Por ello, le hago saber que la intención del Gobierno Ecuatoriano es la de disponer de las acciones en la compañía a formarse para el desarrollo de la mina Llurimagua. Esta intención tendrá necesariamente efectos sobre el esquema planteado entre las dos partes, especialmente en el papel del operador del proyecto”.
El ministro Ortiz aseguró que la empresa cumplirá los acuerdos binacionales entre Ecuador y Chile y que la empresa será constituida bajo la figura de Sociedad Anónima en la que: “el 51% de las acciones pertenecerá a la estatal minera Enami y el 49% a Codelco, al amparo de dos dictámenes de la Procuraduría General del Estado”.
Luego de la constitución de la compañía se subastará, dice el ministro, en un proceso abierto, transparente, ese 51% que le corresponde a Enami.
El ministro aseguró que existen “siete compañías mineras de gran calibre mundial que ya han expresado interés por participar de dicho proceso, incluyendo Codelco”.
Pero ese plan propuesto por el Ministerio de Energía tiene muchos obstáculos que enfrentar, sobre todo porque el proyecto original para Llurimagua consistió en crear una Empresa de Economía Mixta, entre Enami y Codelco, donde las acciones no podían venderse y Ecuador nunca iba perder el control o gobierno de la empresa.
El migrar a una sociedad anónima, privada, requiere sobre todo valorar los aportes de las partes y para nadie es desconocido que Codelco entró a esta sociedad sin invertir un dólar por la concesión.
Antes de cualquier subasta de acciones debe existir una valoración integral del proyecto, que implica saber la inversión realizada en estudios del yacimiento y las proyecciones futuras de lo que será la mina.
De la información que el Estado ha compartido con el sector minero, el yacimiento de Llurimagua puede ofertarse en 400 millones de dólares. Pero en esa valoración no se contabiliza la información que Codelco ha levantado sobre ese campo y que además mantiene en secreto.
Otra interrogante de doble vía es la posición de las diversas empresas interesadas en ofertar por el 51% del paquete accionario de Enami; se preguntan si Codelco también capitalizará su porcentaje de acciones y si cuenta con los recursos para ello.
La respuesta es un misterio, el Ecuador ha sido franco con su socio al decirle que no tiene dinero. Codelco en cambio, esconde información de los hallazgos geológicos que ha hecho y el Estado desconoce si tiene los recursos para invertir.