Fueron esos grupos mafiosos justamente los que lo consideraron incómodo y peligroso para sus planes criminales, por lo que debían silenciarlo.
La mañana de este 17 de octubre, hemos visto un grotesco espectáculo brindado por la Asamblea. Los asambleístas de ADN fingiendo una pelea en contra de la mafia; se atrevieron a colocar la emblemática frase de Fernando en sus curules. Fueron claros impostores, secuestrando una frase que les queda grande.
El asambleísta Ferdinan Álvarez, fiel seguidor de RC (antes de su pelea con Glas) -ahora como parte de la bancada de ADN- usó la frase buscando salvar a la ministra Mónica Palencia de un inminente juicio político.
Sin embargo, pronto este acto se sintió poco genuino, vacío, si se toma en cuenta que ellos, los de ADN, celebraron el pacto de la impunidad con RC y PSC, e incluso entregaron la Comisión de Fiscalización a los correístas.
Resulta patético ver cómo la bancada de Gobierno, que impulsó un informe cuya conclusión era que el crimen de Fernando Villavicencio había sido producto de la ola de violencia, ahora quiere tomarse su nombre, a conveniencia.
Los pactos que hicieron ahora les estallan en la cara, pues su ministra Palencia va a la picota.
Mientras tanto, desde el otro lado del salón legislativo, los correístas, quienes han actuado alineados a las mafias en contra de Villavicencio, se rasgaban las vestiduras por la inseguridad actual. Sin vergüenza alguna, ignorando todas las acciones y medidas que tomó el Gobierno de Correa, prefieren olvidar que fueron el caldo de cultivo de la mafia y la impunidad.
Esa frase tan potente de Fernando Villavicencio “La Patria o la mafia” debería pronunciarse solo cuando venga de verdaderos convencidos, de quienes hacen de la política y de su vida una práctica honesta. No se la puede malbaratar en boca de impresentables.
La Asamblea, una vez más se ha convertido en un circo en el que priman los intereses personales, antes que los principios y valores.
Así se puede ver a correístas, votando de la mano con sus amigos de siempre los socialcristianos, Pachakutik… Pero también a los miembros de Construye, defendiendo el nombre de Fernando pero a la vez votando con el correato. Los ciudadanos atónitos ya no saben en quién creer ni en quien confiar.
El panorama político luce tanto o más oscuro que el panorama eléctrico en el Ecuador.
Todo ello ocurre a puertas de las elecciones presidenciales del 2025. Los políticos y los ciudadanos debemos analizar mejor las alternativas. Esta tarea parece imposible, y requiere de un gran esfuerzo, pero hay que hacerlo.
Los ciudadanos debemos buscar a los mejores candidatos, entendiendo que los problemas de este triste Ecuador, tienen su origen en el correísmo. Ese modelo de gobierno autoritario, delincuencial y corrupto, del cual aún no nos podemos ni si quiera liberar, peor recuperar.
Entre tanto, los políticos deberían dejar de enfrentarse por egos e intereses económicos. Buscar una coalición de personas valientes y honestas que permita garantizar al país un mínimo de dignidad económica, seguridad y libertad.