ASSANGE: ASILO Y SALIDA PACTADOS



ASSANGE: ASILO Y SALIDA PACTADOS

Por Fernando Villavicencio, colaboración especial de Grace Jaramillo.8 julio, 201838min
Por Fernando Villavicencio, colaboración especial de Grace Jaramillo.8 julio, 201838min
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Los ojos del mundo se volcaron a Ecuador cuando Julian Assange se convirtió en asilado en su Embajada en Londres. Pero ¿cómo fue que el hacker más importante de mundo, que habría puesto de rodillas a Estados Unidos con la revelación de información crítica, convirtió la Embajada ecuatoriana en un cuarto de guerra en servicio de los aliados de Correa? Por primera vez LA FUENTE revela como se concertó y planificó el asilo y la posible salida de Juian Assange de la embajada de Ecuador en Londres y quiénes serían las piezas clave en este caso que nos hace preguntar: ¿Y la soberanía ecuatoriana, dónde está?

La primera pieza en el rompecabezas es uno de los cables del Departamento de Estado que filtró Wikileaks de 21 de enero de 2010, fecha de la posesión de Ricardo Patiño como Ministro de Relaciones Exteriores. El cable está codificado como SECRET 000033, E.O. 12958 con el título de asunto que en español se leería: “Nuevo Ministro de Relaciones Exteriores Patiño, del lado izquierdo del círculo de Correa”. El cable es muy explícito. En él, no sólo hace una biografía de Ricardo Patiño y sus antecedentes políticos incluyendo su involucramiento con el Frente Sandinista nicaragüense después de 1979. Pero la verdaderamente importante es el punto 2. En ese punto dicen “dos fuentes gubernamentales (GRPO) –una altamente creíble- alegan que Patiño recibió fondos para la campaña de Correa de Venezuela y de las FARC”. El cable añade que no han podido corroborar independientemente esas afirmaciones.

En el punto 3. de su biografía relatan algo aún más grave. El Departamento de Justicia y el Security and Exchange Commission lo estaban investigando por tener serios indicios de que manipuló el mercado de deuda en mayo del 2007 cuando era ministro de Finanzas del Presidente Rafael Correa. La embajada dice no saber el resultado de esas investigaciones a esa fecha. Este cable nunca volvió a aparecer en la base de datos de Wikileaks.

Patiño no tardó en tomar acciones sobre los cables de Wikileaks que podían afectar la reputación de su persona y la del gobierno al que pertenecía. El 15 de julio de 2010, Fidel Narváez, la pieza central de toda la operación de asilo político al famoso hacker Julian Assange, asumió el cargo de Cónsul en la Embajada del Ecuador en Londres y le fue asignado el rango de Primer Secretario en el escalafón de la Ley de Servicio Exterior del Ecuador. De los documentos revisados y fuentes consultadas se concluye que el nexo más importante entre el gobierno de Ecuador y Julian Assange era y es Fidel Narváez, sus vínculos y confianza se entienden a otro nivel, que será revelado en una próxima entrega.

El mismo Narváez relata en el Portal Prisma del 18 de febrero de 2013 que “con Julian Assange y Wikileaks hay una relación previa a la petición de asilo”. Dice que fue una relación pública desde que el Ecuador solicitó a Wikileaks la publicación de todos los cables diplomáticos referentes al Ecuador en abril del 2011. Y luego, cuando Assange solicitó entrevistar al presidente Correa para su programa de televisión. Dijo que estos dos eventos implicaron varios encuentros con él y su equipo, durante los cuales se evidenció cierta empatía porque lo veían no sólo como un diplomático sino como un activista social.

Narváez afirma ser un activista social que se siente muy cómodo al ser parte del proceso político de la revolución ciudadana. Dice que lo más difícil de ser cónsul es “adaptarse las exigencias burocráticas y administrativas que muchas veces dificultan el trabajo antes que facilitarlo” (Portal Prisma, 18 de febrero de 2013). Pero, ¿cómo y bajo qué condiciones se decidió la operación para instalar a Julian Assange en la embajada?

Proceso concertado

En marzo del 2012, Fidel Narváez llega al Ecuador a arreglar –al más alto nivel- el tema del asilo a Assange. Se planea una teleconferencia entre el presidente Correa y Assange que termina realizándose el 17 de abril del 2012. El 28 de abril del mismo año, la embajadora Ana Albán y Narváez regresan de Ecuador con instrucciones precisas. Los funcionarios de carrera de la Embajada narran que es después de esta fecha cuando trabajadores externos entran a la embajada a hacer mediciones y empezar tareas de remodelación. Los funcionarios sólo saben que se va a renovar áreas de la embajada.

 

 

Es más, los días 30 y 31 de abril y 1 de mayo, la jefe de gabinete y persona de absoluta confianza de Ricardo Patiño, Patricia Dávila, acompañada por la coordinadora de Planificación, Romina Arteaga y, la Directora de Recursos Humanos, Vilma Paredes, habían visitado la embajada y recomendado adecuaciones a las instalaciones de la embajada por un monto de $100.000 dólares, además de ordenar la compra de mobiliario y equipo informático, por un monto de $70.000 dólares.  Esta información consta en el memorando del 21 de mayo de 2012 EECUGRANBRETANA 2012-0181-M, donde Ana Albán donde pide a Isela Sánchez, Coordinadora Administrativa-Financiera de Cancillería, a Patricia Dávila, Jefe de Gabinete y persona de confianza de Ricardo Patiño y, a Marco Albuja, Ministro Subrogante, se le envíe urgentemente los fondos necesarios.

En la misma fecha, Ana Albán escribe otro memorando, el 0181-M dirigido a las mismas personas anteriormente citadas, solicitándoles un fondo específico para contrataciones. Menciona la misma misión “Equipo Evaluador” dirigida por Dávila quien había solicitado la contratación de “diversos profesionales a fin de apoyar las gestiones de esta misión diplomática en su acercamiento a diferentes actores sociales y políticos”. Se solicita el envío de $200.000 para estos fines. La Cancillería le informa a la embajadora Albán apenas un día después, el 22 de mayo, que ya solicitaron la transferencia de $170.000 al Banco Central del Ecuador. El mismo 22 de mayo, Isela Sánchez también le contesta positivamente sobre los $200.000 para contrataciones en el memorando 2897-M. La disposición de partidas implicaba desviar $200.000 de un proyecto destinado a la evaluación de la gestión de las embajadas hacia las mencionadas contrataciones, como lo señala Marcelo Betancourt, Coordinador de Planificación Encargado en un memorando del 23 de mayo del 2012. En todo caso, la ayuda estaba en camino.

En efecto, ese fondo de contrataciones de $200.000 se gasta casi inmediatamente en su totalidad. Casualmente, una de las contrataciones es a la firma McSquared por servicios de asesoría en el montaje de una estructura de comunicaciones para el caso Assange. El monto pagado es de $36.000. Con el fondo de $200.000, se pagaron además a la firma de abogados londinenses Bindmans LLP un monto de $149.050,58 dólares y a la firma sueca NILS UGGLA por $1.880.46. Entre las contrataciones se incluye $4.267 dólares para un diseñador de páginas web y contenidos en línea relacionados con el asilo, realizados entre mayo y junio de 2012, es decir antes de que entrara siquiera el huésped. Todo esto consta en la Liquidación de Fondo Específico firmada por la embajadora Albán.

Un total de $370.000 dólares se gastaron en preparar el asilo de Julian Assange entre adecuaciones físicas y servicios profesionales. Esto sin contar con los costos de enviar una ayuda política adicional para colaborar con el proceso: Patiño envió a su asesor español y actual congresista por el partido Podemos, José María (Xema) Guijarro. Él y su esposa, Soledad Santander, llegaron en abril del 2012 con el cargo de segunda secretaría, según el escalafón de la LOSE.

Ingreso de Assange y desalojo en la Embajada

El 30 de mayo de 2012, en uno de los eventos más bochornosos de la historia diplomática ecuatoriana, la embajadora Ana Albán ordena en el Memo No.9/2012 el desalojo de la embajada a varios funcionarios diplomáticos de carrera. En ese memo se dice que la orden proviene de Ricardo Patiño. En el documento se les dice que -hasta nueva orden- deberán realizar sus labores en la residencia de la embajada, ubicada en el Penthouse B de Montrose Court. A algunos funcionarios se les ordena trasladarse a las oficinas del consulado del Ecuador en Londres, ubicado en la Casa Uganda de Trafalgar Square. A las 12:27pm de ese mismo día, todos los empleados mencionados en el primer memo entregaron sus llaves de la embajada.

En la mañana, había una recepción del Ecuador promoviendo los derechos humanos, el famoso evento EPU. Todo el personal de la embajada estaba en él y la embajadora Albán delegó a otra funcionaria para que la represente. Ella regresó a la embajada y recibió al futuro huésped Julian Assange, quien estaba disfrazado, con un grillete electrónico y acompañado de un grupo de personas asociadas a Wikileaks, en la recepción estuvieron además Fidel Narváez y Xema Guijarro, de acuerdo a revelaciones recientes del equipo de seguridad contratado. Esta es una operación sin precedentes en la historia diplomática latinoamericana y una violación del espíritu de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y Consulares.

El asilo no se concretó en esta oportunidad porque ese mismo día el juez le extendió 15 días de plazo su libertad condicional, de acuerdo a The Guardian. Es difícil determinar si esa visita representó una suerte de misión exploratoria o un repaso de lo que terminó pasando el 19 de junio. En esta fecha, el procedimiento de entrada se repitió y todo estaba tan bien calibrado que ese mismo día Julian Assange presenta su carta de solicitud de asilo de dos páginas en perfecto español y llena de ecuatorianismos formales. Sólo entonces empezó la historia oficial del célebre huésped. El asilo fue concedido inmediatamente.

El siguiente hito importante en la documentación existente sobre este caso es el pedido de la Embajadora Albán, de un fondo específico de $120.000 dólares el 14 de agosto de 2012, apenas a dos meses de la entrada de Julian Assange a la embajada, debido a que “en los últimos meses ha existido en esta Embajada un gran demanda de información respecto a actividades realizadas en nuestro país, por parte de nuestro Mandatario y Ministros, así como de actividades que se realizan con la intervención y apoyo de esta misión…” Hay una referencia específica en este pedido formal al caso Assange, pero también la visita del vicepresidente Lenin Moreno en el marco de los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos. Y, según reza en el memorando, la misión necesita “recurso humano y técnico para cumplir con este propósito”.

Este pedido tiene un contexto específico: la avalancha de prensa sobre el tema Assange les había sobrepasado. La mayoría de los reportes internacionales sobre el tema directamente contrastaban la protección al afamado hacker con el deterioro de la libertad de prensa en el Ecuador y la persecución a periodistas y hacedores de opinión. Necesitaban contratar firmas de comunicación que contengan la crisis de relaciones públicas en que se había convertido un asilo que no tenía explicación clara en el derecho internacional o la legislación de derechos humanos en el contexto europeo. Esto fue inmediatamente claro y el siguiente pedido lo comprueba.

Pocos días después, el 30 de agosto de 2012, hay un nuevo pedido de la Embajadora a las mismas personas: Romina Arteaga, con copia a Isela Sánchez, Patricia Dávila y el embajador de carrera Pablo Villagómez. Esta vez el pedido es por $300.000 dólares para “contratar expertos que asesoren a esta misión diplomática respecto a la legislación pertinente sobre el caso, también en el Reino Unido, como respecto a la legislación británica, sueca y europea”.

Extraño, tomando en cuenta la primera ola de contrataciones ya mencionadas en este artículo que ya habían producido documentos importantes como el titulado Caso JA: documento estratégico 6, entregado con fecha 7 de agosto de 2012 en Londres. Ahí se puede ver que había una cuidadosa planificación del discurso oficial ecuatoriano ante los medios y autoridades diplomáticas inmediatamente después de la entrada de Assange a la embajada, durante el proceso de otorgamiento del asilo y en las semanas consecutivas. El lenguaje político y legal está ahí claramente establecido así como los “talking points” que deben usar los voceros oficiales.

Lo más importante de ese informe es el Anexo I. Informe sobre la situación legal de Julian Assange en EE.UU. Recién entonces se propone contratar a un jurista de prestigio en EE.UU. para que realice un informe sobre si existen dudas razonables sobre la puesta en marcha de algún proceso legal en EE.UU. contra Assange. Es decir, el gobierno ecuatoriano sabía que no había ningún proceso legal en curso y estaba emprendiendo una búsqueda más minuciosa para ver si encontraba algo.

En retrospectiva, ésta es la piedra filosofal del caso porque todo el asilo estaba asentado en una mentira que –al parecer- todos compartían. El asecho violento de la justicia estadounidense era –hasta entonces- simplemente un mito.

En todo caso, la misión de planificar, organizar y establecer la incursión de Julian Assange a la sede diplomática ecuatoriana en Londres había sido tan exitosa que el 26 de septiembre del 2012, Fidel Narváez fue premiado con un ascenso de Primer Secretario a Ministro en el escalafón de la Ley de Servicio Exterior, a pesar de ser un funcionario político designado. La esposa de José María Guijarro, Soledad Santander, es trasladada de la Embajada al Consulado del Ecuador en Londres.

Operación KUDO

Aunque los defensores de Assange han insistido en los peligros de una captura con fines de extradición a Estados Unidos, lo único jurídicamente probado fue la petición de extradición de la justicia sueca por el presunto abuso sexual. En un video inédito obtenido por nuestro medio se pueden ver agentes de Scotland Yard, con un expediente de la Operación  KUDO, que sería la extradición del hacker. El expediente posee información fundamental para la seguridad de la embajada, incluso planos internos. La grabación fue realizada por la Senain como parte de las actividades de inteligencia y contrainteligencia a favor del huésped. A continuación pueden ver este video exclusivo para LA FUENTE.

Asilo a Snowden, otro desafío de Correa 

Menos de un año más tarde, Julian Assange no sólo se apoderó de las instalaciones de la sede diplomática ecuatoriana sino también de su política exterior y migratoria. Otro hacker y adalid de la transparencia informativa internacional estaba en problemas y Assange se dedicó, con Fidel Narváez, a usar al Ecuador para solucionarlos. Edward Snowden había denunciado el uso indebido e irracional de los metadatos por parte de los servicios de inteligencia estadounidenses para espiar masivamente, no sólo a sus ciudadanos, sino a muchos líderes mundiales. Snowden fue el protagonista del peor escándalo de falta de transparencia en la historia de EE.UU. y temía por su seguridad.

Un año después del ingreso de Julian Assange a la Embajada, estaba lista otra audaz iniciativa de Rafael Correa: el asilo al ex agente de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) Edward Snowden. La idea no solo sacudía la cabeza del líder de la Revolución Ciudadana, era también una estrategia concertada entre su gobierno con varios regímenes aliados, en especial con el Kremlin y obviamente contaba con el apoyo del líder de WikiLeaks.

La estrategia de asilo se definió el 10 de junio de 2013 a través de un diálogo directo entre Assange y Snowden, ese mismo día el activista australiano recomendó que el destino debía ser un país latinoamericano. Días después -la noche del 16 y madrugada del 17 de junio- se perfeccionaría el plan en una reunión al más alto nivel, en la embajada de Ecuador en Londres.

A la reunión asistieron el canciller Ricardo Patiño y su asesor Xema Guijarro, que habían llegado ese día desde Quito, la embajadora Ana Albán, Fidel Narváez y obviamente Julian Assange. Con el conocimiento y autorización de Correa, ese día se emitió el salvoconducto para Snowden, con fecha 22 de junio, además se redactó la petición de asilo que fuera leída el día siguiente por Patiño al pie del monumento a Ho Chi Minh, en la capital de Vietnam.

Todo estuvo preparado, el 19 de junio, Fidel Narváez entregó el salvoconducto a Sarah Harrison (novia de Assange), a quien el hacker le había confiado acompañar a su amigo Snowden de Hong Kong a Moscú. Pero, el 22 de junio, el gobierno de Estados Unidos suspendía el pasaporte de Snowden y solicitaba la extradición del ex agente de la NSA.

El 24 de junio, Assange desde su encierro en Londres, anunciaba que Snowden estaba listo para trasladarse desde Moscú a Ecuador, en un vuelo con escala en un tercer país, posiblemente Cuba o Venezuela. Hasta aquí llegaría el audaz plan de Assange, Correa y sus aliados.

Es evidente que Ecuador quería usar los dos asilos como foco de atracción internacional y notoriedad. No obstante que su apoyo a estos cruzados de la transparencia ponían a su vez focos de neón sobre el retroceso de libertades casa adentro, especialmente la libertad de prensa e información que se quería defender a nivel internacional. El programado asilo a Snowden no resultó. A diferencia del caso Assange, el tema de Snowden era una prioridad de seguridad en Estados Unidos y otros países latinoamericanos tuvieron el buen juicio de evitar un enfrentamiento directo que podía ahí sí afectar la soberanía de los estados. Snowden terminó en Rusia y el resto es historia.

Cambio de embajador

En esos mismos meses, en 2013, Ana Albán es reemplazada por Juan Falconí Puig como embajador en el Reino Unido y la relación se vuelve tirante e inmanejable. Falconí trata de poner orden sin mayor éxito y hay una NOTA DIPLOMATICA 4-1-13-2014 lo pone más que en evidencia. Le escribe directamente a Ricardo Patiño y según dice “constan documentadas en los informes de Seguridad que acompaño”. Entre las perlas, la más colorida es ésta:

Domingo 22 de junio 2014. J. Assange se paseó en patineta por el corredor de madera de la embajada el día 22 de junio, lastimando pisos, paredes y puertas. Se adjunta la grabación correspondiente.”

Sin embargo, el informe está lleno de reportes que dan cuenta del trato irregular, tirante y agresivo del huésped con respecto a los miembros del servicio diplomático y de seguridad de la embajada. Este reporte no ha logrado establecer si existe una respuesta escrita del canciller Patiño a esta dramática queja.

Este es el antecedente documentado más importante del deterioro de la situación de Julian Assange encerrado en las instalaciones de la embajada y también, de la crítica situación de los miembros del servicio diplomático y de seguridad que tenían que aguantarlo. Si esto pasaba apenas dos años después de su entrada en la embajada, para 2017, cuando se da el cambio presidencial en Ecuador, sólo se agrava la situación.

La nacionalidad de Assange y su posible salida

No obstante, el cambio de gobierno no significó optar por la posibilidad más simple para el Estado ecuatoriano: el de reconocer que se equivocó en materia de derecho internacional y enmendar su decisión de asilo. Todo lo contrario. La canciller María Fernanda Espinosa volvió más bochornosa la larga lista de equivocaciones sobre este caso. En noviembre de 2017, se filtra en los medios de comunicación que Julian Assange tiene cédula ecuatoriana. La ola mediática sobre el caso no cesa y al final esto hace que salga a la luz una violación aún más grande a la soberanía ecuatoriana, embarrando todo precedente sobre la conducta diplomática de los estados.

A Julian Assange se le había otorgado la nacionalidad ecuatoriana sin que exista siquiera un pedido expreso para hacerlo, cambiando rápidamente el reglamento existente de los requisitos exigidos a ciudadanos extranjeros para otorgarles la ciudadanía. Todo este proceso se había realizado aceleradamente en apenas días, empezando desde el 4 de diciembre de 2017, con el único fin de pedir la aceptación del nombramiento de Julian Assange como Consejero Político de la Misión Diplomática del Ecuador en Londres.  En realidad la concesión de la nacionalidad a Assange era parte de una nueva estrategia para sacar de la embajada al huésped y parte del plan era nombrarlo Consejero diplomático con funciones y sueldo en la embajada, lo cual se materializó el 15 de diciembre de 2017, a través de acción de personal del Canciller encargado, quien designa al hacker empleado con una remuneración de $2.034 mensuales.

El pedido se hace mediante NOTA VERBAL 4-2-68/2017 y se ajunta todos los formularios de aplicación que requiere para el proceso el Foreign Office. Como era de esperarse, el Ecuador no logró timar a la Cancillería británica quien contestó con otra NOTA VERBAL A295/17 diciéndole al Ecuador amablemente que dadas las circunstancias del señor Assange, éste no puede ser un miembro aceptable de la misión diplomática.

Este nuevo intento de liberación de Assange se realizaría el 24 de diciembre de 2017, para ello se encontraba en Londres el jefe máximo de la Secretaría de Inteligencia (Senain), Rommy Vallejo, quien viajó de Quito el 15 de diciembre. Luego la negativa del gobierno británico, los planes volvieron a cero a espera de una nueva iniciativa.

La operación para liberar a Assange dándole los privilegios e inmunidades que le otorga el Convenio de Viena había concluido. Si es que pensaba por esa vía salir de la embajada, la operación falló complemente. Y con ella, la escasa reputación que le quedaba al Ecuador en el contexto británico y europeo. En lo único que había triunfado la canciller Espinosa es en permitir que una sola persona lesione la soberanía del Ecuador de esa manera.

La situación de Assange parece haber llegado al límite para todos, tanto sus protectores como sus críticos buscan una salida. Conocemos de fuentes confiables que representantes de Wikileaks habrían mantenido reuniones con autoridades del gobierno de Estados Unidos. Es más, en los próximos días se estaría por realizar en una ciudad europea una reunión definitiva en la que se formalizaría un desenlace. En esa dirección coincide el anuncio del presidente de Ecuador Lenín Moreno, quien anunció un inminente acuerdo con autoridades británicas. Moreno viajará a Londres la semana del 20 de julio.

En nuestra próxima entrega presentaremos en exclusiva nuevos registros de visitas a la embajada de Ecuador en Londres y la estrategia de acuerdo para la salida de Assange de la embajada tras seis años de asilo.