Antes de ser condecorada con la Orden Nacional al Mérito por el gobierno de Rafael Correa Delgado (abril de 2008), la expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner (procesada por corrupción), puso la primera piedra del emblemático proyecto Coca Codo Sinclair (CCS), que a decir del correísmo cambiaría la matriz energética del país.
El objetivo de esa obra pactada en sociedad con la estatal argentina Enarsa, era generar un máximo de 500 megavatios (MW). Meses después de tan alabado emprendimiento solo quedaría la piedra y una factura de USD 5 millones a ser pagada a la firma argentina por terminación del contrato. Este fue el inicio fallido y una señal que marcaría el posterior desastre en manos de la constructora china Sinohydro.
Situado en las provincias de Napo y Sucumbíos, Coca Codo Sinclair, fue estudiado entre los años 1980 y 1990, por el desaparecido Instituto Ecuatoriano de Electrificación (INECEL). El estudio de factibilidad contratado por la entidad y terminado en 1992 recomendaba el desarrollo del proyecto en dos etapas; la primera con una potencia instalada de 432 MW, para aprovechar un caudal de 65,3 metros cúbicos por segundo (m³/s); y, la segunda, con una potencia adicional de 427 MW, alcanzando un total de 859 MW.
El costo aproximado de la obra a esa fecha era de $ 747,5 millones, equivalente a USD 870 el kilovatio (kW) instalado.
En el plan maestro de electrificación para los años 2006 – 2015 (aprobado en el gobierno de Alfredo Palacio), se incorporó un registro de 30 proyectos hidroeléctricos entre los que constaba el ingreso en operación de la primera fase o Coca-Codo 1, en enero del 2011 y Coca-Codo 2, en enero del 2015. Hasta entonces se mantenía la capacidad instalada máxima de 859 MW en dos etapas, como lo había determinado el estudio de factibilidad.
Aunque hasta antes del terremoto de 1982, que afectó la zona del Reventador, incluso se hablaba de una potencia de 3000 MW, pero el desastre natural alteró radicalmente las características de la cuenca y los caudales de los afluentes. Desde entonces los 859 MW eran lo técnicamente recomendable.
Apenas se posesiona Rafael Correa (enero del 2007), por arte de magia se presentan cambios en el sector eléctrico. Tanto así que, en el nuevo plan maestro de electrificación 2007 – 2016, se registra de forma oficial una capacidad de 1500 MW para la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair y a construirse en una sola fase, la cual entraría en operación en el 2012.
A esa fecha, la novedosa capacidad de 1500 MW —que casi duplicaba el proyecto historórico de 859 MW— no contaba con ningún soporte técnico, los «estudios» vendrían después. ¿Cuál era la mente brillante que maquinó esa fantasía y qué se buscaba si los caudales no habían cambiado?
Alecksey Mosquera, autor intelectual de los 1500 MW
En un documento generado en 2006, de autoría del entonces funcionario del Conelec, Alecksey Mosquera (actualmente preso por el caso Odebrecht), aparece por primera vez la opción de una potencia de 1500 MW en lugar de los 859 establecidos en el estudio de factibilidad del sector eléctrico. Según Mosquera, si se aumentaba la capacidad a 1500 MW se compensaría la potencia que hasta entonces el INECEL no había logrado instalar.
Sin embargo, en el mismo documento se señala una inversión máxima de USD 987 millones, incluyendo una chimenea de equilibrio y la línea de transmisión. Hasta esa fecha la propuesta de 1500 MW solo se sostenía en la cabeza de Mosquera, luego pasaría a formar parte del plan maestro de electrificación del correísmo y a convertirse en realidad con tecnología y financiamiento chinos.
De igual forma, hasta el 2007 los estudios oficiales establecían la necesidad de una línea de transmisión de 230 kV, es a partir de los nuevas interpretaciones, en el gobierno de Rafael Correa, cuando se dispone la construcción de dos líneas de transmisión de 500 kV, lo cual también incrementaría el costo de la obra.
En seguida vendrían los discursos marcados por conceptos como soberanía energética, buen vivir y ambientalismo, decorando el camino que llevaría a Benjing.
El cuento tenía sentido, más aún, tenía lógica matemática y económica: dejar de generar electricidad con combustibles fósiles a costos superiores a los 10 centavos el kilovatio y entrar en el mundo de las energías amigables con un tope de 2 centavos el Kw.
El autor intelectual de la fantasía de 1500 MW (Alecksey Mosquera), ingresó a formar parte del equipo de Alberto Acosta en el ministerio de Energía y Minas, en enero del 2007, bajo cuya dirección se encontraba el sector eléctrico. Con la división de la cartera de estado y la salida de Acosta, Mosquera asumió el cargo de Ministro de Electricidad.
Entonces se buscó darle forma y sustento técnico a la ficción de los 1500 MW. Inmediatamente se aprueba el plan maestro de electrificación 2007 – 2016, y se contrata a la firma italiana Electroconsult para que realice el estudio de factibilidad para una central de 1500 MW. Es decir, darle sustento a la idea de Mosquera.
En un tiempo record, un poco más de un mes (junio 2009), la consultora italiana presenta el informe justificando la nueva potencia de 1500 MW, pese a reconocer que esa capacidad sería muy limitada: “operando con un factor de planta diario del 80% entregará 1464 MW durante 4 horas, 1171 MW durante 15 horas y 937 MW durante 5 horas”, se lee en el estudio.
El mismo mes de junio, el Conelec contrata con la Comisión Federal de Electricidad de México (CFE) —la misma empresa que luego se convertiría en parte del consorcio fiscalizador del proyecto— la revisión de los estudios elaborados por Electroconsult.
La consultora mexicana en su informe final de enero de 2010, concluye que, considerando el incremento en el volumen aprovechable del río, originado por la disminución de gasto ecológico, de 56 a 20 m³/s, así como la condición de baja regulación en el embalse compensador, la potencia instalable de 1500 MW recomendada en el estudio de Electroconsult se justifica sólo si se desea disponer de mayor potencia en horas punta.
En este estudio la CFE advierte una potencia máxima de 1200 MW, en determinadas horas. A esa fecha (2009) quedaba claro que la generación de 1500 MW era una ficción, incluso 1200 constituia una expectativa muy relativa.
Según el ingeniero eléctrico Luis Ordóñez, exfuncionario del INECEL, haber construido una central con capacidad de 1500 MW fue lo menos acertado que pudo hacerse.
Ordóñez agrega que si se hace un análisis de la generación de Coca Codo Sinclair desde el inicio de la operación se podrá comprobar que el aporte hidroenergético que se dijo, iba a obtenerse, no se ha cumplido y que las curvas presentadas en el plan 2007- 2016 solamente se dibujaron para justificar el sobredimensionamiento de la central.
El documento titulado “Proyecto Coca Codo Sinclair, alternativa de solución del sector eléctrico ecuatoriano”, de autoría de Alecsey Mosquera, marca un antes y un después del gigante hidroeléctrico. Pese a que esa propuesta disparaba la potencia de CCS a 1500 MW establecía un costo de la obra de USD 987 millones, cifra en la que se incluía el costo de la línea de transmisión, que hasta esa fecha era de 230 Kv. De acuerdo con el documento de Mosquera el costo del kilovatio hora estimado (kw/h), incluyendo la inversión en la línea de transmisión, era de 1,7 centavos.
Para especialistas como Ricardo Buitrón, desde el origen de la contratación Coca Codo enfrentaba problemas de fondo: no contaba con el sustento técnico necesario que justifique la potencia instalada, tampoco disponía de estudios definitivos para su contratación, y el contrato tipo EPC (Engineering, Procurement and Construction), conocido como llave en mano, dejaba en manos del contratista (Sinohydro) el manejo discrecional del mismo. Estas observaciones las expuso Buitrón en aquellos tiempos mientras se negociaba el contrato. Entonces nadie le escuchó.
Con la nueva potencia de 1500 MW formalizada en la agenda económica del correísmo, se empezó a tejer el acuerdo con la empresa china Sinohydro. Sin estudios de factibilidad y con observaciones de la propia consultora mexicana CFE, en octubre deL 2009 se firmó el contrato por USD 1979 millones, entre el gerente de la empresa estatal CocaSinclair, Ítalo Centanaro y los representantes de Sinohydro Corporation, Song Dongsheng y Yang Huijun.
Como testigos de honor sellaron su firma, Galo Borja, ministro coordinador de Sectores Estratégicos y Cai Runguo, embajador de China en Ecuador.
Así, en menos de dos años, la cifra de USD 987 millones estimada por Alecksey Mosquera, se había duplicado por arte de magia. El 85% de ese monto, USD 1682 millones sería cubierto con financiamiento externo y el resto con aporte nacional.
El siguiente paso sería soldar el acuerdo de financiamiento. En esa dirección, el 20 de noviembre del 2009, María Elsa Viteri, ministra de Finanzas y Li Jun, representante del Banco de Exportación e Importación de China (Eximbank), firmaron un “memorando de entendimiento”.
Las cifras ocultas de Coca Codo
Hasta esa fecha, la cifra oficial publicada sobre el costo total de la emblemática obra era de USD 1979 millones. El último monto reconocido por el gobierno de Rafael Correa en el 2017 fue de USD 2245 millones, incluyendo rubros no contemplados originalmente.
Sin embargo, en documentos oficiales hasta hoy no revelados, aprobados por el ministerio de Finanzas y el Comité de Deuda, los cuales sirvieron de sustento para la firma de los créditos con el Eximbank, se establece un monto de USD 2.616.9 millones, sin considerar la suma de USD 599 millones por la construcción de las líneas de transmisión de 500 kV. De esta forma, según datos oficiales el costo total del proyecto alcanzaría la suma de USD 3216 millones. Esa cifra incluye intereses.
El 27 de octubre del 2009, el procurador general del Estado, Diego García Carrión, autorizó al Ministerio de Finanzas a pactar el arbitraje internacional.
Casi un mes después, el ministro de Electricidad, Esteban Albornoz Vintimilla, recibió de Diego Martínez Vinueza, entonces secretario Nacional de Planificación y Desarrollo, Senplades, el informe que calificó como prioritario el proyecto Coca Codo y estableció que costaría una USD 2.616’921.951,90.
En relación con el financiamiento, entre finales de 2009 y comienzos de 2010, surgió una tensión entre el presidente Rafael Correa y las autoridades de China. Al menos en el discurso, Correa cuestionaba los altos intereses, las exigencias de garantías y el arbitraje exigido por el Eximbank para asegurar el crédito. La disputa incluso llegaría a oídos de la embajada de EEUU en Ecuador, según lo detallaría más adelante Wikileaks en varios cables filtrados. Los problemas encontrarían pronto una solución.
En marzo de 2010, el entonces vicepresidente de Lenín Moreno llegó a salvar el proyecto. En declaraciones públicas, Moreno dijo que el financiamiento del Eximbank de China (por un monto cercano a los USD 1.700 millones) estaba por definirse y se refirió a los impases que existían para concretar el crédito.
“El embajador Cai Runguo es un buen amigo que en más de una ocasión me ha pedido cita con el fin de manifestar que por parte del gobierno de China y las empresas involucradas existe toda la buena voluntad de hacerlo”, dijo Moreno y añadió: “ante la llamada del señor embajador, fui a donde el señor presidente de la República y le insistí en que existía alguna inconsistencia e imprecisiones en la información que le habían dado y que el señor embajador manifiesta que el Eximbank podía hacer una propuesta acorde a la constitucionalidad ecuatoriana, y estamos a la expectativa de que esto ocurra”.
En retrospectiva, debe entenderse que Moreno destrabó los inconvenientes para financiar Coca Codo. A mes seguido, abril, Rafael Correa autorizó la firma de la línea de crédito con el Exim Bank.
El financiamiento llegó en junio de ese año y con ello la presencia de Conto Patiño Martínez como lobista de Sinohydro y otras corporaciones chinas. Luego el embajador chino Cai Runguo fue seleccionado como representante de Sinohydro.
El 21 de mayo del 2010, René Ramírez, secretario nacional de Planificación y Desarrollo, Senplades, ratificó el criterio. Albornoz dejó el Ministerio de Electricidad en diciembre de 2009 y asumió Miguel Calahorrano hasta enero del 2011.
Por esas fechas, Jorge Glas Espinel, ministro coordinador de los Sectores Estratégicos junto con el Ministerio de Electricidad y Energía Renovable, pidieron al Ministerio de Finanzas “instrumentar” las negociaciones y “adoptar las acciones que correspondan para proveer del financiamiento para el desarrollo del Proyecto Hidroeléctrico Coca Codo Sinclair”.
El 26 de mayo de 2010, la secretaria del Comité de Deuda y Financiamiento, Madeleine Abarca Runruil, presentó el informe técnico del proyecto, que, basado en información de la empresa Coca Codo, de Senplades y del informe de viabilidad económica y financiera de la COF costaría USD 2.670,7 millones, “de los cuales USD 1.979’700.000 corresponden al contrato EPC. El saldo de USD 691 millones corresponde al aporte local”. Al día siguiente (27 de mayo), Alexis Mera, secretario jurídico de la Presidencia convocó a los miembros del Comité de Deuda y Financiamiento para aprobar el contrato de préstamo por USD 1.682’745.000,00. Mera también invitó a Patricio Rivera Yánez, ministro de Finanzas, Jorge Glas Espinel, ministro coordinador de Sectores Estratégicos, René Ramírez, secretario nacional de Planificación y Desarrollo.
Ese día, el Comité el Comité de Deuda y Financiamiento autorizó al Ministerio de Finanzas a celebrar el contrato con el Exim Bank de China por USD 1.682’745.000 para financiar parcialmente la construcción de Coca Codo Sinclair.
El Comité estaba conformado por: Katiuska King, delegada del presidente de la República; Patricio Rivera Yánez, ministro de Finanzas; René Ramírez, secretario Nacional de Planificación y Desarrollo, Senplades; Jorge Glas Espinel, ministro coordinador de Sectores Estratégicos y Madeleine Abarca Runruil, subsecretaria de crédito público del Ministerio de Finanzas y secretaria del Comité de Deuda y Financiamiento.
El 3 de junio del 2010, William Vásconez Rubio, en representación del Ministerio de Finanzas suscribió con el Banco de Importación y Exportación de China (Exim Bank) el contrato de préstamo No. 141 0202052010210644, por USD 1.682’745.000,00.
Patricio Rivera Yánez, ministro de Finanzas, designó como responsable de la ejecución del proyecto a la Empresa Pública Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, COCASINCLAIR EP y Albornoz Vintimilla, ministro de Electricidad, designó como gerente general de Coca Codo EP a Luciano Cepeda Vasco.
Nuevo crédito para línea de trasmisión
El 26 de julio de 2013, CELEC EP suscribió con la empresa China Harbin Electronic lnternational Co. Ltda. el contrato 035-2013 para el diseño, suministro y construcción del proyecto “Sistema de Transmisión de 500 kV y Obras asociadas”, por un monto de USD 599’097.509,00. El propósito era construir un sistema de transmisión de extra alta tensión a 500kV y de otras obras para incorporar la energía de Coca Codo Sinclair y Sopladora al Sistema Nacional Interconectado.
En febrero de 2014, Rafael Poveda Bonilla, ministro coordinador de los Sectores Estratégicos manifestó al presidente del Eximbank de China la “necesidad de suscribir lo más pronto posible el contrato de crédito» para el Sistema de Transmisión de 500 kV. En marzo del 2014 aparecieron las primeras órdenes de “cambio para prorrogar el plazo” de entrega del proyecto Coca Codo”. Seis meses después, el Ministerio de Finanzas recibía la autorización del procurador general subrogante, Rafael Parreño, para el arbitraje internacional. El 24 de septiembre del 2014, Madeleine Abarca Runruil, ministra de Finanzas subrogante, presentó el informe técnico del proyecto por USD 677’035.752,00. El diseño, suministro y construcción costaría USD 599’097.509, y sería financiado por EximBank, el monto restante por recursos fiscales.
El 29 de octubre del 2014 el Ministerio de Finanzas suscribió con el EximBank una línea de crédito para financiar la instalación del Proyecto de Línea de Trasmisión de 500 kV, por USD 509’232.882,65.
Para 2015, los reportes sobre las fisuras y trabajos mal ejecutados se multiplicaron, pese a esto, el 18 de noviembre deL 2016, Esteban Albornoz Vintimilla, ministro de Electricidad y Energía Renovable, junto al presidente Rafael Correa, su vicepresidente Jorge Glas y el presidente chino, Xi Jinping, inauguraron la obra, en un acto oficial realizado en el edificio del ECU911 de Quito.
Al final del túnel, un proyecto sobredimensionado, generado por la ficción de un exministro ahora en prisión (Alecksey Mosquera) —acusado de haber recibido $ 1 millón para adjudicar Toachi Pilatón a Odebrecht— acabó pasando al país una factura de USD 3216 millones, una singular diferencia superior a USD 2000 millones frente al costo original del proyecto. La luz de Coca Codo Sinclair deja ver con nitidez que el incremento del costo solo fue posible al disparar la fantasía de 1500 MW y así pretender ocultar el colosal sobreprecio, de donde siempre salen las coimas y los sobornos, auque sean en forma de “acuerdos entre privados”.