El oso andino, un guardián silencioso que Ecuador necesita proteger



El oso andino, un guardián silencioso que Ecuador necesita proteger

Redacción La Fuente - Periodismo de Investigación21 febrero, 20255min
Redacción La Fuente - Periodismo de Investigación21 febrero, 20255min
Oso Andino
Cada 21 de febrero se conmemora el Día Internacional para la Protección de los Osos, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de estos animales y las amenazas que enfrentan.

En Ecuador como en el resto de la región, el oso andino (Tremarctos ornatus) -que es el único oso de Sudamérica-, juega un papel crucial en el equilibrio ecológico. Sin embargo, su futuro está en riesgo.

Un símbolo que merece reconocimiento nacional

Foto de Holger Beck, coordinador de los Proyectos Científicos y de Investigación
Conservación y Turismo Santa Lucía

En Ecuador, el cóndor andino es reconocido como símbolo nacional, un título que ha servido para fortalecer los esfuerzos de conservación de esta majestuosa ave. Pero, si hablamos de importancia ecológica, el oso andino debería recibir un reconocimiento similar.

Con una población de al menos 65 osos monitoreados en el Corredor Ecológico del Oso Andino (CACOA), su situación es tan crítica como la del cóndor, del cual quedan menos de 150 en Ecuador. Ambos comparten la cumbre de la cadena alimenticia y su desaparición desencadenaría desequilibrios irreversibles en los ecosistemas andinos.

Más que un habitante, un arquitecto del bosque

El oso andino es un ingeniero del ecosistema. Su alimentación incluye frutas y semillas, lo que lo convierte en un dispersor natural, promoviendo la regeneración del bosque. Además, al moverse en grandes áreas, abre senderos utilizados por otras especies y regula la población de pequeños animales, evitando plagas. En pocas palabras, sin estos majestuosos osos, el bosque pierde su capacidad de regenerarse.

Vista de un oso de anteojos en la Reserva Maquipucuna.

Las amenazas de las que necesita ser cuidado

A pesar de su importancia, la especie enfrenta amenazas crecientes:

  • Pérdida de hábitat: La expansión urbana y agrícola reduce los bosques nublados, forzando a los osos a acercarse a zonas pobladas, lo que genera conflictos con comunidades.
  • Cacería y retaliación: Aunque protegido por ley, sigue siendo víctima de la caza furtiva, alimentada por mitos y conflictos con la ganadería.
  • Aislamiento genético: La carretera Calacalí-La Independencia actúa como una barrera que impide el intercambio genético entre poblaciones, debilitando la especie.

Un esfuerzo que necesita apoyo

La organización Corredor Ecológico del Oso Andino (CACOA) protege 65.000 hectáreas de bosque en el Chocó Andino de Quito, incluido el oso andino, considerado una deidad por nuestros ancestros. Su trabajo en control, educación y turismo sostenible es vital, pero necesita más respaldo de las autoridades y la sociedad.

Si Ecuador quiere garantizar su biodiversidad y el equilibrio de sus ecosistemas, reconocer al oso andino como símbolo nacional es un paso fundamental. No se trata solo de un oso; se trata de proteger nuestra agua, nuestros bosques y nuestro futuro.

¿Qué podemos hacer?

  • Hacer turismo responsable en los lugares que respetan el bosque.
  • Promover el debate sobre el tema, para que los entes competentes actúen en territorio, destinen recursos.
  • Apoyar con la optimización de los espacios ganaderos y agrícolas, pues ahora existe un conflicto entre pobladores, fauna y conservación.
  • Impulsar educación ambiental, capacitaciones.
    Buscar solución a la cantidad de perros abandonados que también afectan a toda la fauna.