Para Amanda y Tamia Villavicencio, esta fábula ilustra no solo la opresión, sino también la necesidad urgente de un periodismo colaborativo, valiente y transnacional que permita “destapar la olla” antes de que la verdad se ahogue. En un mundo donde el crimen es global, las hermanas sostienen que “el periodismo, la valentía, la dignidad y el amor por la lucha también deben ser transnacionales”.
El espejo del poder y la lucha por la verdad
Eric Lemus, periodista y poeta salvadoreño con décadas de experiencia, es parte del portal Expediente Público compartió en la entrevista su origen en el oficio: un niño que creció entre las sombras de una guerra civil y las mentiras de los medios controlados. Ese niño, alentado por su padre a leer periódicos, se convirtió en un periodista dispuesto a contar las historias que los poderosos querían silenciar. “El periodismo de investigación no es otra cosa que un espejo del poder”, recordó Lemus, citando a Fernando Villavicencio, símbolo de esta lucha.
Tamia Villavicencio, aportando una perspectiva igualmente incisiva, señaló que ese espejo, aunque invaluable, es constantemente atacado por los regímenes autoritarios de la región. “La persecución de periodistas no es solo una agresión individual, es un intento de romper el vínculo entre la ciudadanía y la verdad”, afirmó. Tamia subrayó cómo el gobierno de Rafael Correa, usó estas tácticas para desmantelar el tejido democrático y criminalizar a periodistas como Fernando Villavicencio, su padre.
A lo largo de la conversación, Lemus, Amanda y Tamia coincidieron en que el periodismo enfrenta ahora un nuevo nivel de desafío: la era de la posverdad, donde los algoritmos privilegian la desinformación. Amanda advirtió: “El periodismo no puede ser neutral ante la injusticia. Debe ser un puente entre la ciudadanía y el poder, pero también una herramienta para desmontar narrativas de odio”.
La olla en Centroamérica: El Salvador como espejo de Ecuador
Fue inevitable que durante el espacio se hallaran paralelismos entre Ecuador y El Salvador. Ambos, países separados por geografía pero unidos por las fracturas democráticas. Lemus explicó cómo el presidente Nayib Bukele ha perfeccionado el control social a través de estrategias digitales y una narrativa polarizadora. “Bukele llegó como una figura renovadora, pero pronto mostró que su objetivo era consolidar un poder sin rendición de cuentas. Es un proceso gradual, como el agua calentándose”, relató.
Tamia conectó esta experiencia con la historia reciente de Ecuador, en la cual el asesinato de su padre marcó un antes y un después en la lucha contra el crimen organizado. “En ambos países, los líderes en el poder usan el discurso de la seguridad para justificar la represión. La libertad de expresión se convierte en una amenaza para ellos, porque saben que en la verdad está el germen de la resistencia”, afirmó.
Hubo espacio para reflexionar sobre la violencia hacia periodistas, un fenómeno que afecta particularmente a las mujeres. “Las amenazas no son solo físicas; también son psicológicas. Nos quieren silenciar no solo con balas, sino con el miedo”, expresó Tamia, enfatizando la importancia de generar redes de apoyo entre periodistas para enfrentar estos riesgos.
Foro América Libre: Una alianza para la esperanza
El Foro América Libre, en el que Amanda y Tamia Villavicencio participaron recientemente, fue destacado como un espacio clave para fortalecer las alianzas en la región. “Ahí entendimos que el dolor es común, pero también lo son las esperanzas”, relató Amanda. El evento reunió a jóvenes periodistas, líderes de opinión y políticos de América Latina en un diálogo abierto sobre cómo enfrentar las amenazas autoritarias.
Tamia,por su parte comentó que: “El foro nos recordó que no estamos solos. Si el crimen organizado puede operar sin fronteras, entonces nosotros, los que luchamos por la verdad, también debemos hacerlo”. Este espíritu de colaboración transnacional resonó en cada intercambio de ideas, convirtiendo el foro en un terreno fértil para la resistencia democrática.
La poética de la lucha
En un giro inesperado pero profundamente humano, la entrevista tocó el tema del arte como refugio y resistencia. Amanda evocó el legado de su padre, quien encontraba poesía incluso en las luchas más difíciles. “Fernando no solo combatía la corrupción, también encontraba belleza en los lugares donde otros solo veían desesperanza. Ese es el espíritu que queremos llevar adelante”.
Tamia destacó la necesidad de rehumanizar la política y el periodismo. “Sin arte, sin poesía, nuestra lucha se vuelve árida. Necesitamos recordar que somos humanos y que esta lucha no es solo por derechos, sino también por la dignidad y la belleza de nuestras vidas”, afirmó.
La conversación concluyó con un llamado a la acción: crear un espacio de periodismo colaborativo donde las voces críticas puedan unirse para enfrentar los desafíos compartidos de la región. Amanda y Tamia agradecieron a Lemus no solo por su valentía, sino por su humanidad. “Gracias por recordarnos que la sonrisa también es resistencia”, dijo Amanda, cerrando la charla con una nota de esperanza.
Un periodismo para destapar la olla
En un tiempo donde el agua hierve lentamente en las democracias de América Latina, el periodismo debe ser el termómetro que alerta y la mano que destapa la olla. Amanda y Tamia Villavicencio, junto a periodistas como Eric Lemus, recuerdan que la valentía, la dignidad y el amor por la verdad no tienen fronteras. Su lucha, anclada en la memoria de quienes dieron todo por la justicia, nos inspira a no ser ranas en una olla, sino ciudadanos que saltan, gritan y transforman.
De esta manera, todos coincidieron en la necesidad de un periodismo valiente : “El periodismo no es solo un oficio, es un acto de amor por nuestras patrias. Y el amor, como la verdad, siempre encuentra el camino”, dijo Amanda Villavicencio.