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Doce años después vuelven a la palestra los casos de la «Narcovalija» y el «Operativo Resurgir» que exponen el surgimiento de un narcoestado en Ecuador bajo el gobierno de Rafael Correa, evidenciando un sistema de complicidad entre narcotráfico y altos funcionarios. Porque como ya sabemos, no existe narcotráfico sin poder político.
En ambos casos, figuras emblemáticas del correísmo, como Ricardo Patiño, José Serrano y Galo Chiriboga, aparecen vinculadas en patrones de encubrimiento que facilitaron el tráfico de cocaína a través de canales diplomáticos, demostrando que la maquinaria estatal no solo toleraba sino que protegía estas redes ilícitas.
Desde la cocaína líquida oculta en valijas diplomáticas hasta la estructura operativa del cártel de Sinaloa liderada en Ecuador por «El Ingeniero», estos episodios muestran un gobierno profundamente infiltrado y comprometido en el crimen organizado.
Tras 12 años y ocho meses del escándalo de la narcovalija ecuatoriana en Italia, el testimonio de Christian Loor Loor (ahora bajo el nombre de Loor Loor) a través de un libro, podría dar luces a lo sucedido. Es que este episodio vergonzoso del país, a nivel internacional, fue sistemáticamente ocultado por las autoridades de ese momento.
Actualmente, Christian Loor, se encuentra fuera de prisión luego de cumplir su sentencia en Italia. En una entrevista a un medio local asegura que siempre ha confiado en que la verdad de este delito salga a relucir, no lo van a poder ocultar para siempre.
Adicionalmente señaló, que durante su aprehensión, las autoridades en Ecuador se preocuparon sólo por saber cómo silenciarme.
Así la sombra de la narcovalija continúa persiguiendo a los líderes emblemáticos del correísmo, entre ellos a Ricardo Patiño, José Serrano y Galo Chiriboga. Pero además, al recordar todas las pistas dejadas, se entiende que es la punta del ovillo del narcoestado en el que se ha convertido el Ecuador.
¿Pero qué ha sido de ellos?
A pocos meses de las próximas elecciones, dos de estos viejos actores políticos aparecieron con intenciones de volver al poder.
Ricardo Patiño, ex canciller y ex ministro de Defensa; y José Serrano, ex ministro del Interior y ex presidente de la Asamblea, durante la era correísta, han mostrado su interés por volver a la escena política del país.
Tras estar cinco años asilado en México, Patiño retornó al país en agosto con expectativas de ocupar un puesto en la Asamblea. Mientras que su ex compañero de aventuras, José Serrano, se perfilaba como precandidato presidencial.
Pese a haber sido muy sonada su candidatura, en la inscripción ya no apareció Patiño como candidato a la asamblea por RC, mientras que Serrano declinó su postulación.
Ambos nombres resuenan cuando se habla de temas de corrupción. Por ejemplo la destitución de José Serrano, como presidente de la Asamblea en 2018, se debió a un polémico audio. En este, Serrano acuerda con el ex contralor Carlos Pólit (actualmente sentenciado por lavado de activos), la salida del fiscal general de ese entonces, Carlos Baca.
Patiño, en cambio, es recordado por el caso de los Pativideos o Patiñovideos. En estos aparece el propio Patiño con aseguradoras de deuda, hablando sobre temas de bonos Globales 2030. Muchos técnicos interpretaron dichos videos como una manipulación del mercado.
Pero eso no es nada. A Patiño y a Serrano les une uno de los casos más impresionantes de narcotráfico del Ecuador, caracterizado por utilizar canales diplomáticos.
El caso Valija Diplomática o conocido en la sociedad como: narcovalija. Una historia que parece salida del libro más escalofriante de misterio. Con autores fantasmas, procesados silenciados, muerte y una verdad que hasta ahora permanece oculta.
Narcovalija: una obra dirigida por el gobierno de Correa
En febrero de 2012, cinco ecuatorianos fueron arrestados por policías de la comisaría de Bonola (Milán, Italia), al encontrar 40 kg de cocaína líquida en una valija diplomática ecuatoriana, camuflados en artesanías pertenecientes a Ruga Planet, compañía que representaba la obra de teatro Ruga La Tortuga.
Los detenidos fueron el director y autor teatral Cristian Loor, Jorge Luis Redrobán, Julio Jesús Pazo Toro y Jean Paul Flores, todos ellos residentes en Milán.
En ese entonces, el canciller era Ricardo Patiño, encargado del Ministerio responsable de autorizar y custodiar valijas diplomáticas. Patiño no tuvo más remedio que confirmar el operativo que realizó la autoridad italiana. Pero se deslindó de la responsabilidad.
Pese a la gravedad del caso y las posibles implicaciones de ciertos funcionarios públicos ecuatorianos. La sentencia se dirigió, únicamente, a los ciudadanos arrestados por la policía italiana.
En mayo del mismo año, 4 meses después de la detención, el ministro del Interior, José Serrano, informaba de la desarticulación total de la banda que habría orquestado este delito. Nuevamente eludiendo la responsabilidad de la Cancillería.
El silencio alrededor de este caso contagió a todas las instituciones del Estado
El Fiscal General de ese entonces y amigo cercano de Serrano, Galo Chiriboga, decidió no seguir en las investigaciones de este caso pues los implicados ya fueron sentenciados en Italia.
Este sería un claro intento de evitar una investigación para encontrar otros actores locales e institucionales del hecho.
Tras esta decisión de la Fiscalía, Chiriboga ratificó que las investigaciones no vincularon a funcionarios de Cancillería con la organización delictiva.
Así, Cristian Loor y Jorge Redrobán, fueron sentenciados a 13 años de prisión al ser considerados como líderes de la operación. Y, Jean Paul Flores, a 4 años de prisión.
Flores fue una pieza fundamental en la investigación y misteriosamente se sometió a la sanción. Incluso aceptó haber participado en el envío. Sin embargo, tras cumplir su pena en Italia fue asesinado al regresar a Ecuador.
Al respecto, no existe ninguna investigación, ni hay detenidos. Flores no tenía antecedentes penales.
Un reglamento cómplice
Una de las pistas de este caso, que misteriosamente no fue valorada correctamente dentro del caso por las autoridades ecuatorianas de turno, fue la modificación del reglamento de envío de las Valijas del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El canciller Ricardo Patiño eludió su responsabilidad y lanzó la pelota a Rafael Quintero, un académico reconocido y casado con la socióloga Eryka Silva. Justamente a él lo nombraron ministro encargado en el momento del cambio de la normativa.
Dicho reglamento fue firmado el 25 de mayo de 2011, nueve meses antes de la detención de la narcovalija.
La modificación se realizó en el numeral 4 del artículo 27. Antes del cambio se indicaba que los paquetes que constituyan valija diplomática solo podrán contener documentos diplomáticos u objetos de uso oficial. Sin embargo, con el cambio se abrieron las posibilidades de los elementos que podían enviarse bajo el concepto de valija extraordinaria.
Esto permitió el transporte de obras de arte, joyas, muestras artesanales, muestras comerciales y otros objetos sin valor comercial, desde y hacia las misiones.
Tras el escándalo de la narcovalija, la Contraloría emitió un informe en que sugería sanciones administrativas para tres funcionarios de la Cancillería, entre ellos el ministro encargado Rafael Quintero.
Quintero salió del Gobierno. Pero, en el 2015, fue nombrado Embajador de Ecuador en Venezuela, luego de que le retiraran todas las sanciones impuestas por este escándalo.
Christian Loor: de denunciante a detenido
Otra de las incógnitas de este caso es la falta de investigación sobre las denuncias de extorsión presentadas en Montecristi, por uno de los sentenciados, Christian Loor.
El 26 y 29 de diciembre de 2011, 26 días antes de su detención en Italia. Cristian Loor registró una denuncia, en la que indicó que está siendo extorsionado para traficar: Quieren que yo transporte junto a la escenografía y vestuario de mi obra de teatro Ruga la Tortuga e incluso pretenden usar mi nombre para transportar droga vía diplomática.
Dentro de su declaración, Loor señaló que tanto él como su amigo Jorge Luis Redrobán estaban siendo presionados para traficar droga e incluso sufrieron amenazas de muerte.
Loor identificó a Marcos Alfredo Kattan (asesinado) y a alias Sambo como los extorsionadores: esta gente me está obligando a decir cosas al teléfono que yo no entiendo, en clave, pero lo que sí sé es que hablan de droga, pues de las conversaciones que he escuchado de ellos, se refieren de haber hablado con «El Ingeniero» y son 80 metros cuadrados de loza o dice El Ingeniero que son 80 baldosas, clave que yo no entiendo a que se refieren.
Esta denuncia no fue investigada, ni considerada dentro del proceso. Sin embargo, tras la sentencia en contra de Loor en Italia, el ministro del Interior, José Serrano, señaló que el líder de esta operación, se presume, era Gerardo Alex M.C. alias Sambo.
Pero esa no es la única coincidencia. Loor mencionó a El Ingeniero. Uno de los personajes principales en otro caso de narcotráfico que envolvió la época correísta: el Caso Resurgir.
Narcovalija y Resurgir: coincidencias y silencio estatal
Héctor de Jesús Ramírez Martínez, El Ingeniero es el protagonista del caso Narcovalija y Operativo Resurgir, dos emblemáticos casos en los que se relacionan el narcotráfico y varios funcionarios del gobierno de Correa.
El Ingeniero también era líder de operaciones y pieza clave del cártel de Sinaloa en Ecuador.
El operativo Resurgir, se ejecutó el 27 de septiembre del 2011, solo cuatro meses antes de la narcovalija.
Dentro de este operativo, la Unidad Antinarcóticos de la Policía, incautó más de una tonelada de cocaína en una propiedad cercana al aeropuerto de Tachina, en Esmeraldas. Uno de los principales implicados fue el comandante de la Policía de Esmeraldas, general Galo Alfredo Carrera Vizuete, detenido junto a otros integrantes.
Este operativo involucró a la policía española, quienes también estaban tras la pista del caso. Uno de los personajes de este esquema, identificado por las autoridades españolas fue Marcos Vinicio Chávez, representante de la organización de asistencia a migrantes, Fassae (Fundación de Asistencia Social y Apadrinamiento en el Ecuador) y tesorero en España, de la campaña de Alianza País.
Los informes policiales encontraron información que vincula a Chávez con El Ingeniero.
Pero El Ingeniero no es la única coincidencia. También el modus operandi que utilizaban. El operativo demostró que la red trasladaba el alcaloide y altas sumas de dinero a través de valijas diplomáticas, mulas y contenedores.
Dentro de las investigaciones surgieron otros nombres. Entre ellos, Gregorio Tello Mejía, ex viceministro del Interior durante el Gobierno de Correa. Este último fue denunciado por el abogado Wellington Alcívar, quien luego de sus declaraciones fue asesinado bajo la modalidad sicariato en su oficina, en Portoviejo.
Alcívar denunció que personas vinculadas al poderoso cartel mexicano de Sinaloa, controlaban la justicia de Esmeraldas. Aseguró que temía por su vida.
Cuatro meses antes de su asesinato, durante una entrevista en el canal Manavisión, Alcivar insistió que todas las pruebas las tenían el presidente Rafael Correa y el ministro José Serrano. Además, señaló al ex viceministro del Interior, Gregorio Tello Mejía, como uno de los responsables.
Hasta la actualidad, se desconoce el contenido del sobre manila que Alcívar entregó a Correa y a Serrano.
Y las coincidencias continúan
Otro nombre implicado en el operativo Resurgir es el de Homero Cervantes Coronel, director de Autoridad Portuaria de Esmeraldas y ex gobernador de Esmeraldas.
Cervantes era representante en Esmeraldas de Mario Latorre, asesor del presidente Correa. Latorre fue investigado por la Secretaría Nacional de Inteligencia (SENAIN),al ser acusado de proporcionar el dinero para adquirir la propiedad donde se encontró la tonelada de droga frente al aeropuerto de Tachina.
Según las investigaciones Cervantes era el vínculo de Latorre con servidores de la función judicial en Esmeraldas. Instituciones que Alcívar denunció.
Fernando Villavicencio (+) investigó y publicó detalladamente sobre estos dos casos emblemáticos y otros, dónde se evidencia la construcción de un narcoestado en Ecuador.
